El Síndrome de Estocolmo o de identificación con el agresor ocurre cuando se ha producido una situación de cautiverio. Existe una gran vinculación y gratitud paradójica hacia los secuestradores, con emociones positivas como la compasión y la identificación con los valores de los terroristas.
Definición del Síndrome de Estocolmo
El nombre viene de un hecho policial ocurrido en Estocolmo en los años 70 donde una mujer tomada como rehén por un ladrón de banco quedó enamorada de su secuestrador.
El criminólogo y psicólogo N. Berjot describe el hecho que ocurrió durante el robo y el juicio posterior, donde los rehenes se negaron a testificar en contra de sus captores. Desde entonces se define por este síndrome a toda persona que es capaz de crear algún tipo de vínculo con su agresor en situaciones traumáticas de abuso o secuestro.
Esta conexión psicológica que desarrollan puede resultar extraña ya que la respuesta normal ante estas situaciones suele ser el miedo o la angustia. Y ocurre todo lo contrario ya que con el paso del tiempo pueden llegar a sentir afecto o incluso enamorarse de su captor.
«La creación de este tipo de vínculos se entiende desde la salud mental como una respuesta o un mecanismo de supervivencia que presentan algunas personas para poder manejar y enfrentarse a situaciones traumáticas y nocivas creando así algún tipo de vínculo que les permita obtener una sensación de seguridad» como cita Rizo-Martínez, L. E. (2018) en El síndrome de Estocolmo: una revisión sistemática. Clínica y Salud, 29, 81-88.
Así de esta forma piensa que, si se relaciona o simpatiza con el abusado, los posibles castigos o daños que pudiera sufrir serán menores y podrá obtener algún tipo de beneficio. La mente crea una manera de sobrevivir y resistir para permanecer a salvo.
¿Cuáles son las situaciones más frecuentes en las que se puede dar el Síndrome de Estocolmo?
Las situaciones donde se produce relaciones de abuso, ya sea de tipo emocional, físico o sexual puede ser un claro ejemplo. Al tratarse de relaciones cercanas que pueden durar años, la persona que está sufriendo el abuso puede empatizar con su captor y crear algún tipo de lazo. La situación de incesto sería también prototípica.
En los casos de tráfico o trata de personas, así como en la prostitución también se puede ver con relativa frecuencia al tratarse de una situación donde la víctima puede ver cubiertas sus necesidades mas básicas (comida, alojamiento, ropa) que el abusador le proporciona mientras desarrolla sentimientos positivos y de gratitud hacia él. También ocurriría con los prisioneros de guerra.
¿Cuál es la clínica más característica en el Síndrome de Estocolmo?
Las 3 características clínicas que se objetivan en el síndrome de Estocolmo y resultan fundamentales para su diagnóstico según el Doctor Vallés, C. (2002).
La víctima es capaz de desarrollar sentimientos y pensamientos positivos sobre su agresor o captor.
Por el contrario, desarrolla sentimientos y pensamientos negativos por los cuerpos de seguridad y entes de autoridad u otras personas que quieran ayudar.
Simpatizar con el captor o agresor, llegando a creer que comparten los mismos valores y que tienen objetivos en común.
Otras manifestaciones que transcurren dentro del síndrome de Estocolmo son:
- La persona al principio se siente amenazada por su captor o agresor.
- La víctima tiene algún tipo de dependencia, especialmente por querer sobrevivir al evento o situación o por necesidad.
- Sentir compasión por el captor o abusador cuando éste muestra actos de bondad.
- Justifican las acciones de sus agresores en base a las historias que estos cuentan sobre su infancia y traumas vividos.
- Apoyar las conductas del abusador o captor.
- Defender las intenciones y objetivos del abusador o captor.
- Negar recibir ayuda por parte de otras personas, ni querer ser liberados.
- Síndrome de Estocolmo en relaciones de pareja
El síndrome de Estocolmo en las relaciones de pareja se trata de una situación en la que la pareja se encuentra secuestrada dentro de su propia relación.
En este “secuestro” la relación cursa con maltratos emocionales e inclusive, quienes la padecen suelen ser personas con la capacidad de reconocer que la forma en la que cursa la relación y la forma de actuar de su pareja, no es la adecuada.
Aun a pesar de ello, la persona con síndrome de Estocolmo en la relación, justifica las acciones de su compañero, asegurando que sus acciones son por amor.
Es común incluso que la víctima interprete algunas acciones de su abusador como algo positivo.
Tal como las situaciones donde la víctima recibe regalos, detalles o tratos especiales, generalmente después de un episodio de abuso.
Lo cual la víctima lo traduce como algo positivo y esperanzador, afirmando que su abusador no es tan malo y que será capaz de corregir las conductas abusivas.
Usualmente, la víctima con síndrome de Estocolmo de pareja encuentra muy difícil separarse o abandonar a su pareja, debido a todo el vínculo que ha creado durante todo el tiempo de relación.
Las principales manifestaciones de este síndrome en parejas, suelen ser:
Aceptación de malos tratos de pareja.
Actitudes de sumisión la mayor parte del tiempo.
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Justificación de las acciones, burlas, y otras actitudes hirientes.
Mirar solo los pocos rasgos positivos e ignorar los negativos.
Aceptar mantenerse en la relación por miedo a quedarse solo y que nadie más lo pueda amar o aceptar.
Síndrome de Estocolmo laboral
El síndrome de Estocolmo en el entorno laboral ocurre cuando el trabajador sufre maltrato en su puesto de trabajo y este se mantiene en la misma situación y justifica las acciones de maltrato que recibe.
El síndrome de Estocolmo laboral es la condición en la que el trabajador se identifica con su trabajo, incluso si el ambiente laboral es estresante, pudiendo incluso aceptar las relaciones disfuncionales con jefes o superiores y compañeros.
Cuando ocurren este tipo de situaciones y un empleado desarrolla síndrome de Estocolmo laboral, el empleado seguirá sintiéndose identificado con la empresa y con las personas con quien se relaciona y comparte las jornadas laborales.
Sus principales manifestaciones son:
- Relaciones basadas en el miedo y falta de respeto.
- Situaciones de necesidad económica.
- Ambiente laboral tenso.
- Justificar los malos comportamientos.
- Actitudes de aceptación o sumisión.
- Aceptar malos tratos, sueldos injustos.
- No poder visualizar correctamente los aspectos negativos de la empresa.
El resultado de este síndrome se traduce en personas que pierden la capacidad de autoestima y no poder ver las cualidades que son capaces de ofrecer en otros ambientes laborales.
¿Tiene el Síndrome de Estocolmo unos criterios diagnósticos aceptados por la comunidad científica internacional?
El Síndrome de Estocolmo carece de criterios diagnósticos validados por la Comunidad científica Internacional. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) y Clasificación Internacional de los trastornos mentales y del comportamiento (CIE-11), no contemplan a fecha de hoy la inclusión del Síndrome de Estocolmo como una entidad clínicas concreta o específica.
Autores expertos en trauma, afirman que el Síndrome de Estocolmo forma parte de reacciones evolutivas de un trastorno por estrés agudo y del trastorno por estrés postraumático de características complejas.
¿Por qué se crean estos vínculos?
Como se ha mencionado anteriormente, el síndrome de Estocolmo es para los psicólogos y psiquiatras, un reacción o respuesta del ser humano ante la necesidad de sobrevivir o mantenerse “bien” ante un evento, situación traumática o nociva.
El individuo considera que, si se relaciona o simpatiza con su abusador, el castigo, el daño o las acciones de los abusadores hacia sus víctimas, serán menores u obtendrán más beneficios que otros.
El cuerpo y la mente humana tienen la capacidad de buscar soluciones ante los problemas, y es parte de la naturaleza humana, buscar la forma de sobrevivir y subsistir.
El problema yace en que el síndrome de Estocolmo es un trastorno que distorsiona la realidad y no es una forma sana de mantenerse a salvo.
Los maltratos, las acciones dañinas y que ponen en peligro la vida de la víctima no son acciones que deban ser justificadas.
¿Se puede curar el Síndrome de Estocolmo?
A la hora de abordar a nivel psicoterapéutico a las personas que padecen el Síndrome de Estocolmo se plante algún escenario complejo, ya que quien lo padece no suele aceptar ningún tipo de ayuda de otras personas al no considerarlo algo problemático.
Los enfoques psicológicos que aborden la situación de trauma psicológico suelen dar buenos resultado al tratarse de una clínica que puede compartir cierta base con el Trastorno por Estrés Postraumático De Fabrique, N., Van Hasselt, V. B., Vecchi, G. M., Romano, S. J. (2007). Common variables associated with the development of Stockholm syndrome: Some case examples. Victims and Offenders, 2, 91-98.
Puede acompañarse de terapia para trabajar los mecanismos de afrontamiento de la realidad y dotar de herramientas para superar la situación traumática vivida.
Como suelen asociar en ocasiones sintomatología ansioso depresiva o problemas de insomnio, pueden emplearse psicofármacos de forma coadyuvante, ya sean antidepresivos o ansiolíticos, para tratar de disminuir o paliar la psicopatología asociada a la situación de trauma.
Los tratamientos integrales que combinan un tratamiento psicofarmacológico y psicoterapéutico obtienen mejores resultados que un tratamiento único.