Preguntas Frecuentes en Salud Mental

El MÉTODO IVANE es el marco de excelencia compartido por todo el equipo de IVANE SALUD.

El MÉTODO IVANE, no es sólo la acreditación profesional, el conocimiento y la experiencia de cada uno de sus integrantes.

El MÉTODO IVANE supone compartir una serie de principios y valores del trabajo en equipo y aplicarlos con dedicación y compromiso para obtener el mejor resultado terapéutico en las personas y las familias que depositan su confianza en nosotros.

Aunque transcienda más allá de la estrictamente profesional y sin quererlo, el MÉTODO IVANE plasma una filosofía de vida de sus profesionales y colaboradores basada en el autocuidado, la autocompasión, la honestidad, la resiliencia, el perdón, la imperfección y el reto de trabajar cada día con el objetivo de conseguir la mejor versión de cada uno de nosotros y que esto quede reflejado en nuestros pacientes y en nuestro entorno más cercano.

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En casos concretos, le orientarán sobre la mejor opción de cita con el profesional de IVANE SALUD, según la demanda asistencial concreta que nos indique.

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Si, así es. Según su preferencia:

  • Puede realizar la cita programada desde casa, sin necesidad de desplazamientos y mediante plataformas de comunicación habilitadas, informadas y consensuadas previamente (CONSULTA ON LINE DE PSIQUIATRÍA O PSICOLOGÍA).
  • Puede solicitar que la cita programada se realice en su propio domicilio, lugar donde acudirá su psiquiatra o su psicólogo de IVANE SALUD (ASISTENCIA DOMICILIARIA PROGRAMADA).
  • Si lo prefiere, puede acudir a la cita a nuestros Espacios Sanitarios en la ciudad de Valencia (CONSULTA PRESENCIAL).

Los profesionales de IVANE SALUD están acreditados, mantienen una formación continuada y les avala una amplia experiencia en SALUD MENTAL, ADICCIONES, PSIQUIATRÍA Y PSICOLOGÍA.

Nuestro afán de mejora en dar soluciones reales, honestas y en el menor tiempo posible para conseguir el bienestar de las personas que depositan la confianza en nosotros para recuperar la SALUD MENTAL es nuestra prioridad.

La UNIDADES ESPECÍFICAS DE IVANE SALUD son el resultado de integrar el conocimiento, la experiencia clínica y la actualización de las neurociencias para adaptarlo a las necesidades clínicas e individuales de nuestros pacientes y familiares para obtener soluciones a problemas de salud mental que por sus características no pueden abordarse desde abordajes terapéuticos tradicionales o genéricos.

El objetivo: HACER INTERVENCIONES TERAPÉUTICAS LO MÁS EFICACES POSIBLES y OBTENER RESULTADOS EN EL MENOR TIEMPO POSIBLE.

Las medidas de prevención para COVID_19 de IVANE SALUD y CLÍNICA ZAFRA están actualizadas con las obligaciones y recomendaciones vigentes para Espacios Sanitarios que publica el Estado de España, la Consellería de Sanitat y el Ilmo. Colegio Oficial de Médicos de Valencia.

Las medidas aplicadas se regirán por estrictos procesos de supervisión por nuestro personal respecto al lavado frecuente de manos, mantener la mínima distancia social y el uso obligatorio de mascarilla durante los periodos concretos que así sea exigible y recomendable.

SI. En IVANE SALUD implementamos en 2019 la VIA DE COMUNICACIÓN TELEMÁTICA para dar cobertura a las necesidades de nuestros pacientes.

La CONSULTA ON LINE (PSIQUIATRÍA Y PSICOLOGÍA) de IVANE SALUD utiliza plataformas de comunicación elegidas según la calidad, la facilidad de uso, la accesibilidad y comodidad.

Desde cualquier lugar del mundo, puede mantener su proceso terapéutico con el profesional de IVANE SALUD sin que la barrera geográfica suponga un problema.

Además, nuestras PLATAFORMAS DE PAGO INTERNACIONAL (PAYPAL o STRIPE) facilita el pago del Servicio Sanitario de forma intuitiva, rápida y sin las comisiones de la banca tradicional.

Nuestro Servicio de Administración de Clínicas le resolverán cualquier duda en relación a este tema y le indicarán la política de pago vigente en IVANE SALUD.

Los métodos de pagos habilitados son los siguientes:

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Las pruebas neuropsicológicas utilizan mediciones conductuales, para valorar habilidades y capacidades cognoscitivas que se relacionan con el funcionamiento cerebral. Las pruebas neuropsicológicas ayudan al diagnóstico de daño cerebral o disfunción cerebral. Esta evaluación proporciona información acerca de las fortalezas y debilidades cognoscitivas dentro de un sujeto y las áreas en las cuales el funcionamiento del individuo puede diferir del de la población normal. Es una herramienta de indudable valor en la psicología y la psiquiatría actual.

La tomografía axial computarizada (CT) y la resonancia magnética (MR) se utilizan para valora la estructura cerebral. La tomografía computadorizada por emisión de fotón único (SPECT) y la tomografía por emisión de positrones (PET) se utilizan para valorar la función cerebral.

La SPECT proporcionan una medición del riego sanguíneo cerebral del cerebro, en tanto que la PET indica la actividad metabólica mediante la utilización regional de glucosa (fluorodesoxiglucosa). Dado que las tasas metabólicas y el riesgo sanguíneo regional localizado de relacionan estrechamente entre sí en el cerebro, en la mayoría de las circunstancias, los resultados de SPECT y de PET suelen ser congruentes.

Otra técnica para valorar la función cerebral es la electroencefalografía (EEG), que proporciona una medición localizada e instantánea de la actividad electrofisiológica del cerebro. Se crearon recientemente técnicas apoyadas por computadora para resumir y presentar los datos del electroencefalograma en un formato topográfico; a esta técnica se le denomina EEG cuantitativa o cartografía de la actividad eléctrica cerebral (BEAM).

DROGAS o TÓXICOS: Cocaína. Alcohol. Fenciclidina. Dietilamida del ácido Lisérgico (LSD). Mescalina. Psilocibina. Cannabis. Semillas de dondiegodedía. Alcohol.

FÁRMACOS DE PRESCRIPCIÓN: Metronidazol y otros antibióticos. Antidepresivos. L-dopa. Bromocriptina. Amantadina. Efedrina. Fenilpropanolamina. Indometracina. Antiinflamatorios no esteroideos (AINES). Cimetidina y otros antihistamínicos. Disulfiram. Carmabazepina y otros anticonvulsivantes. Digoxina, propanolol y otros cardiotrópicos. Medicamentos de acción cardiaca. Hormonas tiroideas. Anticolinérgicos

En 1923, Capgras y Reboul-Lachaux describieron un síndrome delirante sobre el hecho que existen duplicados de personas importantes o significativas de nuestro entorno o de uno mismo.

El paciente con SÍNDROME DE CAPGRAS puede señalar que su cónyuge ha sido reemplazado por un impostor y que éste es un doble idéntico. Este síndrome no se relaciona con alucinaciones, ni con un reconocimiento erróneo simple ni con ilusiones. Se trata de un delirio o trastorno delirante con cierta sistematización.

En 1983, Berson resumió 133 casos de personas con Síndrome de Capgras, publicados en la literatura médica. Sus conclusiones fueron que el trastorno aparece tanto en varones como en mujeres, en una amplia gama de edades y con una amplia variedad de otros trastornos mentales.

El diagnóstico más frecuente en estos casos fue, en general, de esquizofrenia (aproximadamente 60%) y el 23% de pacientes identificados con este trastorno sufrió un trastorno cerebral orgánico diagnosticable.

Aproximadamente entre el 10% y el 20% de los primeros ingresos hospitalarios para depresión, la evolución demuestra que se tratan realmente de personas que sufren un TRASTORNO BIPOLAR.

El estudio minucioso de la historia del paciente en busca de episodios maniformes o de hipomanía ayudan al diagnóstico. La evolución clínica de la DEPRESIÓN BIPOLAR se caracteriza por temperamento ciclotímico premórbido, recurrencias, inicio a edad temprana y en el posparto.

Es más probable que personas con depresión y sintomáticamente bipolares presenten psicosis, hipersomnia, anergia (energía baja) y depresiones graves inhibidas. También es más probable que los enfermos depresivos bipolares cuenten con antecedente familiar de trastorno bipolar y una carga familiar de trastornos afectivos en general.

En ausencia de un antecedente premórbido de manía, hipomanía o ciclotimia, ningún hallazgo aislado es patognomónico del TRASTORNO BIPOLAR, si bien las agrupaciones de estos factores hacen el diagnóstico más probable.

Una persona que precisa un tratamiento con antidepresivo se considera que es resistente cuando no existe respuesta, al menos a dos antidepresivos a la dosis tolerable máxima durante seis semanas.

A este respecto, dentro de los factores a tener en cuenta al hablar de “resistencia” son que a menudo, existe un inadecuado diagnóstico diferencial, intolerancia de los efectos secundarios, factores médicos no resueltos o no diagnosticados y aspectos psicosociales que complican la respuesta a los antidepresivos.

Un paciente con enfermedad depresiva precisa ser remitido a un médico especialista en psiquiatría en estas situaciones:

  1. Cuando existe un riesgo de suicidio o ideación de autolisis.
  2. Cuando existen síntomas de psicosis.
  3. Cuando hay que valorar la necesidad de hospitalización en una Unidad de Psiquiatría.
  4. Cuando no existe respuesta adecuada a tratamientos de primera línea.
  5. Cuando existe una comorbilidad médica o psiquiátrica complicada.
  6. Cuando hay que planificar tratamientos psicofarmacológicos combinados o se precisa de psicoterapia.
  7. En casos resistencia a los abordajes terapéuticos estándar.
  8. Cuando hay que establecer un adecuado diagnóstico diferencial con otras patologías psiquiátricas.

El psiquiatra puede atender el episodio agudo y remitir al paciente al médico de atención primaria para continuar el seguimiento médico.

En casos concretos, los dos médicos deben trabajar en colaboración con los pacientes que tienen comorbilidad médica y psiquiátrica complicada.

La comorbilidad entre las enfermedades psiquiátricas es muy frecuente, se calcula que el 48% de las personas con una enfermedad psíquica, padecen más de un trastorno mental. El trastorno de pánico no es la excepción.

Los cálculos de comorbilidad en los trastornos de pánico van desde 24%, hasta el 91%. El diagnóstico comórbido más frecuente en los TRASTORNOS DE PÁNICO es la depresión, ya que hasta el 50% de las personas con trastorno de pánico experimenta depresión en algún momento. Cuanto más prolongada sea la historia de trastorno de pánico en un individuo, es más probable que se manifieste la depresión.

El diagnóstico y tratamiento apropiados del trastorno de pánico se alarga a menudo, ya que las personas tienden a buscar explicaciones médicas de sus síntomas somáticos. Y para cuando son apropiadamente diagnosticadas y tratadas, la depresión puede estar ya presente. La ansiedad o el pánico en los individuos deprimidos incrementan el riesgo de suicidio. Por esta razón, entre otras es imperativo el diagnóstico y tratamiento tempranos del trastorno de pánico.

El abuso de sustancias o las adicciones son frecuentes en personas con CRISIS DE PÁNICO. Las personas con ataque de pánico (así como en otros trastornos de ansiedad) tratan de automedicarse con el uso de alcohol u otras drogas.

La tolerancia al efecto ansiolítico inicial del consumo de alcohol, conduce a incrementar la cantidad de alcohol que se consume, con el objetivo de recuperar el efecto inicial. Hasta el 15% de las personas que buscan tratamiento para alcoholismo tiene también un trastorno de ansiedad.

Otros trastornos de ansiedad, como las fobias simples, la fobia social o el trastorno de ansiedad generalizada pueden manifestarse simultáneamente con el trastorno de pánico y el uso de drogas “sedantes” como el cannabis, la heroína, los opiáceos pueden estar dentro de las sustancias más consumidas buscando un efecto relajante que minimice el efecto de estos síntomas.

La AGORAFOBIA es el temor de estar en un lugar o situaciones en las cuales escapar sería difícil o embarazoso, o donde sería difícil conseguir ayuda en caso de que surgieran síntomas de pánico. La ansiedad causada que este temor irracional es tan grande, que esas situaciones son evitadas o muy mal toleradas por las personas con AGORAFOBIA.

La agorafobia puede manifestarse en el trastorno de pánico o suceder en ausencia de pánico. Las personas con agorafobia tienden a limitar sus actividades (p.ej., no van a los almacenes y, en casos extremos, no abandonan su casa) o pueden realizar tales actividades sólo cuando son acompañadas con alguien con quien se sienten seguros.

Aunque los pacientes con TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO (TOC) señalan a menudo que se sienten “locos” como resultado de los síntomas que padecen, La PSICOSIS FRANCA, los DELIRIOS y las ALUCINACIONES son relativamente escasos en pacientes con trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

Cuando hay psicosis, se debe considerar que aparte de parte del padecimiento de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), puede existir un error diagnóstico por lo que se debe pensar en otros diagnósticos psiquiátricos o analizar la existencia de comorbilidad.

Algunas personas diagnosticadas de TRASTORNO DISMÓRFICO CORPORAL están preocupadas con la percepción de un defecto, al grado de proporciones delirantes y la mayoría de enfermos con SÍNDROME DE REFERENCIA OLFATORIA tiene percepciones delirantes del olor.

El TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC) por norma, se considera un trastorno crónico y persistente.

En el TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC) pueden objetivarse formas episódicas, estados mantenidos o estados agudos que no recurren.

Algunos enfermos tienen niveles crónicos y bajos de síntomas, por los cuales no están gravemente afectados a nivel funcional ni relacional, excepto cuando existen periodos de estrés o cuando hay un trastorno concomitante del eje I, como la depresión. Estos individuos se pueden beneficiar del uso periódico de medicamentos o de sesiones de reforzamiento de terapia cognitivo-conductual.

El desarrollo de las habilidades conductuales es importante en todos los pacientes con TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC), para hacer mínimos los síntomas y la interferencia en la funcionalidad.

Algunos sujetos requieren sólo la utilización relativamente breve de medicamentos (6 a 12 meses), generalmente antidepresivos, ansiolíticos o antipsicóticos de nueva generación, en tanto que otros pacientes necesitan un periodo prolongado de tratamiento psicofarmacológico.

La investigación actual intenta determinar cuáles pacientes requieren tratamiento a largo plazo aunque a fecha de hoy es una incógnita y viene marcado por la evolución, por la presencia de síntomas y por el impacto funcional que nos ocasione.

La HIPOCONDRIASIS es un trastorno mental que se caracteriza por una preocupación intensa, irracional y crónica que provoca el temor de sufrir una enfermedad grave que podría ocasionarnos la muerte.

LA HIPOCONDRÍA se basa habitualmente en la percepción errónea y mantenida del individuo para con sus propios síntomas corporales, en el contexto de una enfermedad bien reconocida, diagnosticada y tratada, o en ausencia de una enfermedad conocida o padecida.

La preocupación irracional a padecer una enfermedad persiste en la persona con hipocondriasis, a pesar de pruebas médicas razonables que objetivan la ausencia de enfermedad, a pesar de la realización de exámenes médicos, a pesar de un asesoramiento profesional adecuado y en muchas ocasiones repetido para conocer segundas opiniones (es lo denominado “peregrinaje médico”).

LA HIPOCONDRÍA puede abarcar una gama amplia de funciones y sistemas corporales en el transcurso del tiempo, conforme varios estudios muestran funcionamiento saludable.

Aunque la preocupación de la persona con hipocondriasis puede ser atribuida únicamente a la presencia comórbida de ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo o trastorno psicótico ya que se puede asociar con estas entidades clínicas, existe de forma primaria y así queda catalogado en las actuales Clasificaciones Internacionales de la Enfermedades Mentales (CIE-10 y DSM-5).

La HIPOCONDRÍA se puede manifestar a cualquier edad. La evolución suele ser crónica, con aumento y disminución de los síntomas y de los cuadros clínicos ante la vivencia de factores de estrés. Parece ser igualmente frecuente en varones y mujeres y puede empeorar cuando se efectúa el diagnóstico de nuevos problemas médicos en la persona que lo padece o en personas de su entorno más cercano.

El factor emocional de cada persona y su incidencia sobre su propio bienestar o salud es innegable.

EL DUELO que aparece tras la pérdida de un ser significativo de una persona constituye uno de los paradigmas más poderosos en relación a la aparición o agravamiento de una patología física o mental preexistente.

Aunque si tenemos en cuenta el modelo de médico vigente en la actualidad: VULNERABILIDAD – ESTRÉS – AFRONTAMIENTO – DISTRESS / SALUD, puede ayudar a entender el porqué existen personas en PROCESO DE DUELO que podrían tener una mayor vulnerabilidad a la aparición o complicaciones de su salud.

Estudios han demostrado de manera repetida la asociación entre el DUELO y el desarrollo de numerosos trastornos médicos tales como la cardiopatía, el cáncer o el resfriado común. El luto se considera como un factor de vulnerabilidad a síndromes psiquiátricos y en especial la depresión.

Dentro de las enfermedades en los que puede incidir este tipo de estrés por DUELO encontramos los siguientes sistemas orgánicos:

  1. Corazón: Enfermedad cardiovascular aterosclerótica.
  2. Cerebro: Depresión. Crisis de Pánico. Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT).
  3. Tubo gastrointestinal: Úlcera duodenal. Colitis ulcerosa.
  4. Médula ósea: Cáncer. Tumores.

Históricamente, las personas en luto, la sociedad y los médicos han tomado la postura que la situación de luto es “deprimente” y que el “duelo” y la “melancolía” son fenómenos inseparables. Nadie se sorprende cuando un sobreviviente está deprimido, parece ser algo normal y natural.

En algún momento, durante el primer año después de la muerte del cónyuge, entre el 30 y el 50% de los viudos y las viudas satisfacen los criterios de EPISODIO DEPRESIVO MAYOR. Al reconocer la ubicuidad de los síntomas depresivos en el duelo, la Clasificación Internacional de las Enfermedades Mentales (DSM) introdujo hace años, pero olvidado en la última actualización DSM-5, el término DUELO “NORMAL” y el término DUELO “PATOLÓGICO”. Éste último término de “DUELO PATOLÓGICO” define la presencia de síntomas depresivos previsibles y esperables, así como otras variables clínicas a tener en cuenta por el evaluador que excede en cualidad y cantidad el DUELO considerado como “NORMAL”.

Por lo tanto, el DUELO NO COMPLICADO no se considera una enfermedad. la regla clínica sensible por parte de los profesionales ha sido descuidarlo de manera benigna más que utilizar un abordaje terapéutico activo. En ocasiones, pueden instaurarse depresiones son a menudo persistentes y se pueden relacionar con una comorbilidad sustancial a otros problemas médicos.

Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad, son hallazgos frecuentes en personas con TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD.

Los episodios depresivos mayores y los intentos de suicidio son más frecuentes en personas con trastorno de la personalidad, que en aquellas que no lo tienen.

Los trastornos de ansiedad como la fobia social son diagnósticos comórbidos frecuentes en el grupo C, en particular el trastorno de personalidad evitativa.

Los síntomas postraumáticos (p.ej., recuerdos intrusivos y escenas retrospectivas de eventos traumáticos) son frecuentes en el trastorno de personalidad borderline o límite, aunque sólo una minoría de casos satisface por completo los criterios para el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT).

El abuso de sustancias y las adicciones son un diagnóstico comórbido frecuente con los trastornos de la personalidad, sobre todo en el grupo B. La intoxicación o supresión de sustancias puede contribuir a algunos de los síntomas y pueden explicar la razón por la cual algunos de los síntomas son tan graves en el cuadro inicial, aunque remiten muy rápidamente.

Los síntomas psicóticos transitorios, pueden conducir al tratamiento, de modo especial en el grupo A y en el trastorno de personalidad limíte o borderline.

Las personas con trastornos de la personalidad acuden a menudo con el médico de atención primaria con molestias físicas, más que para buscar servicio de salud mental específico para atenuar su caracterología patológica. Un trastorno de la personalidad puede complicar o prolongar el tratamiento médico y dar por resultado una mayor utilización de los servicios sanitarios.

La TRANSFERENCIA es traer la experiencia de la vida actual, como las relaciones, creencias, expectativas y percepciones de las relaciones previas. La transferencia del tratamiento analítico se refiere a menudo a las relaciones a partir de etapas particulares del desarrollo. Por ejemplo: un paciente puede sentir a su esposa de la misma manera que él experimentaba a uno de sus padres cuando era un niño. Aunque puede haber cierta similitud en la manera como su esposa se comporta, la percepción total es coloreada por la experiencia inicial, se trata entonces de una relación de transferencia.

La CONTRATRANSFERENCIA es una relación específica del terapeuta, psiquiatra o psicólogo a la transferencia del paciente. Los sentimientos, los pensamientos y las actitudes que son reacciones a sucesos específicos durante el proceso de tratamiento son bidireccionales y el terapeuta puede experimentar una reacción o sentimiento de ser diferente a sí mismo y puede mostrarse silencioso, enojado o cariñoso sin motivaciones primarias concretas, siendo a menudo un indicio de la presencia de una reacción de contratransferencia.

Tanto la TRANSFERENCIA como la CONTRATRANSFERENCIA en psicología o en psiquiatría tienen que ser reconocidas y trabajadas por parte del psicólogo o el psiquiatra para incrementar la comprensión del comportamiento y para ayudar en el proceso de tratamiento y de recuperación del paciente. Cuando estas reacciones no son atendidas ni analizadas por el profesional, pueden demorar el proceso terapéutico, conducir a reacciones negativas y en ocasiones provocar la finalización de la relación terapéutica.

Los MECANISMOS DE DEFENSA definen en psicología los métodos por medio de los cuales los individuos buscan regular sus instintos más primarios o básicos.

Los instintos pueden ser considerados primariamente como agresivos y sexuales. Los mecanismos de defensa son conceptualizados como una parte del proceso llamado el ego o el “yo”.

La teoría inicial de Freud de la personalidad hizo hincapié en un conflicto entre el deseo de gratificación de los instintos básicos y la necesidad del control de presión no deseada o peligrosa para lograr gratificación. Propuso el concepto de la “represión” como un mecanismo central de defensa del ego, pero en la actualidad se reconocen varios mecanismos de defensa.

La REPRESIÓN se refiere al mecanismo por medio del cual los impulsos, pensamientos y sentimientos internos del recuerdo de los sucesos son “olvidados”. Estos se hallan contenidos en la memoria no-consciente (o reprimida). Lo reprimido no es reconocido, pero tiende a permanecer el efecto de lo que fue reprimido. Por ejemplo, una persona puede “olvidar” o reprimir un hecho traumático, sin embarco conservar una emoción que no puede conectar con una situación particular. La tristeza inexplicable no unida a un recuerdo, pero presente en respuesta a ciertos indicios interpersonales, es probablemente resultado de la represión.

Otros mecanismos de defensa son negación, altruismo, intelectualización, proyección, internalización y sublimación. Cada mecanismo constituye un método diferente para tratar pensamientos, sentimientos, deseos o sucesos inaceptables.

El terapeuta, psicólogo o psiquiatra, deben ayudar al paciente a comprender las maniobras defensivas y para que éste sepa identificar sus influencias en el funcionamiento de sí mismo en las diferentes situaciones cotidianas que vivencia. Con ayuda de un profesional adecuado, el paciente puede cambiar modelos conductuales y hacerlos mas adaptativos.

En la TERAPIA DE GRUPO, el paciente recrea las dificultades características en el grupo de iguales. Las interacciones en las TERAPIAS DE GRUPO exponen rápidamente los tipos de comportamientos más naturales y automáticos de la persona.

  • La “COLINA DE LOS ESPEJOS” es un concepto que se refiere a la capacidad del grupo para confrontar a un individuo con un comportamiento que él o ella han sido incapaces de reconocer. Es más probable que cada uno de los miembros acepte la retroalimentación acerca de su comportamiento cuando proviene de múltiples observadores que han podido tener experiencias parecidas.
  • La existencia de múltiples personas que apoyan con empatía la lucha del paciente puede hacer que las confrontaciones sean más tolerables y se atiendan con el afecto intenso más posible.
  • La revelación de secretos vergonzantes puede conducir a alivio inmenso.
  • Las interacciones grupales atraen respuestas e intercambios socialmente aceptables.
  • El grupo ofrece modelos alternativos para el comportamiento con el objetivo de generar consecuencias distintas y más adaptadas.
  • La terapia de grupo es con frecuencia experimentada como menos regresiva que la terapia individual.

Dado que según los estudios clínicos. todos los antidepresivos son por igual eficaces. Por ello, los factores específicos de un paciente influyen en la elección del antidepresivo y en este caso la formación, el conocimiento y la experiencia del médico especialista en psiquiatría tratante es fundamental.

La enfermedad depresiva es heterogénea en la expresión sintomática y los pacientes por separado presentan tipos de efectos secundarios diferentes y respuestas al tratamiento también diferentes.

En términos generales, en psiquiatría se admite que cuando un paciente tuvo una respuesta excelente a un antidepresivo específico en el pasado, esta es probablemente la mejor elección para administración futura. De manera semejante, cuando hay antecedente de un pariente de primer grado que haya tenido una respuesta excelente a un antidepresivo, se incrementa la probabilidad de que el paciente logre una buena respuesta.

Además, los efectos secundarios de los antidepresivos tienen una consideración importante. Cuando un paciente tiene insomnio, es ventajoso entonces un antidepresivo con propiedades sedantes. De manera opuesta, cuando un enfermo experimenta letargo e hipersomnia, es útil un antidepresivo más activador.

Se deben evitar los antidepresivos que inducen hipotensión ortostática en el tratamiento de pacientes con riesgo de caídas o antidepresivos con componente anticolinérgico para evitar confusión mental en los pacientes de edad avanzada.

Otro factor es la seguridad en caso de sobredosis. Los ISRS (inhibidores de recaptación de serotonina), la nefazodona, venlafaxina, bupropión y mirtazapina tienen una ventaja clara a este respecto, ya que son sustancialmente más seguras en caso de sobredosis que otros antidepresivos, en especial, al compararlos con los antidepresivos tricíclicos (ADT).

La causa exacta de la aparición de TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH) se desconoce, pero suele haber un agrupamiento genético claro de casos en familias.

Los estudios de adopción identifican que la genética es mucho más importante que el ambiente en la manifestación del TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH). Los estudios realizados en gemelos no muestran concordancia completa, lo que indica que otros factores contribuyen a la causa del TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH).

Sin embargo, hasta la fecha, el único factor claramente demostrado que se relaciona con el TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH) es el tabaquismo materno durante la gestación. Seis estudios de gemelos con TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (TDAH) muestran tasas de concordancia de 60 a 80%.

En la actualidad, la ciencia considera a la PSICOSIS POSPARTO como un síndrome orgánico. Las variables psicológicas y sociales se consideran secundarias a los factores orgánicos, que en el factor predisponente fundamental.

Después de la expulsión de la placenta, se pierde una gran fuente de producción hormonal. Tal y como sucede con la melancolía de la maternidad, la disminución súbita y notable de estrógeno sérico puede iniciar una secuencia de sucesos neuroendocrinos, que producen síntomas psiquiátricos graves en mujeres con una vulnerabilidad biológica intrínseca.

El estrógeno posee propiedades antidopaminérgicas. La hipótesis es que la supresión brusca de estrógeno expone a los receptores postsinápticos sensibles en el cerebro; esto puede ser un suceso desencadenante para la aparición de la psicosis. La propensión para la recaída con las menstruaciones un factor importante de la implicación hormonal en la parición o recurrencia de este tipo de trastorno.

La disminución del estrógeno del suero conduce también a un descenso en las proteínas de unión del suero, con inclusión de la transcortina. Las cifras de cortisol están altas durante la gestación. Un aumento de cortisol durante el trabajo de parto le sigue una disminución brusca, pudiendo desencadenar reacciones psicóticas agudas con la insuficiencia suprarrenal o la supresión de esteroides. Las pequeñas dosis de análogo de cortisol administradas a mujeres con enfermedad posparto parecen disminuir la gravedad y duración de los síntomas.

Por último, las mujeres con enfermedad posparto tienen una incidencia alta de anormalidades tiroideas. Los valores de T3 se hallan significativamente disminuidos en mujeres con PSICOSIS POSPARTO, en comparación con controles. Los valores absolutos descienden a menudo dentro del intervalo normal, sin signos físicos francos de hipotiroidismo. Tal vez es la pendiente de la declinación de T3, más que la concentración específica en suero, lo que influye en la aparición de la psicosis, aunque esta aseveración precisa de estudios concluyentes.

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