El captagón, “la droga de los terroristas” es una sustancia de la categoría de las metanfetaminas que se sintetizó por primera vez en los años 60.
A diferencia de otro tipo de metanfetaminas , el captagón posee unas características farmacológicas que le confiere un efectos psicotropico más atenuado y “más suave”, siendo el uso dado como alternativa de los derivados anfetamínicos en el tratamiento de diversos trastornos como los trastornos por hiperactividad, narcolepsia o depresión. Tras ser un fármaco comercializado a lo largo de 25 años, la Organización Mundial de la Salud (OMS), determinó que se trataba de una sustancia psicotrópica ilegal y se terminó con su categoría de fármaco de uso terapéutico. La composición de este tipo de droga ha variado desde sus orígenes, no obstante, está la composición habitual estimulante complementa el derivado anfetamínico con la cafeína y se consume vía oral mediante comprimidos.
El captagón, al tratarse de una droga estimulante, fue usada en la segunda guerra mundial por los soldados alemanes para provocar un estado de alerta permanente, e inducir un estado de vigilia y de mayor vitalidad energética que se tradujera una ventaja respecto al enemigo en la contienda.
Actualmente, existen investigaciones que muestran un incremento en las cantidades de este tipo de anfetamina confiscadas en Oriente Medio. Se trata de una droga económica fabricada en laboratorios clandestinos con los mínimos medios, en los que se puede encontrar cada “blisters” de pastillas entre los 4,6 y 9 euros, por lo que se ha convertido en una de las más populares entre los jóvenes. Según la revista Nature, se estima que en Arabia Saudí el 40% de los consumidores de drogas entre 12 y 22 años son adictos al captagón. Las cifras muestran que en 2010, se confiscaron 8 millones de píldoras en una sola intervención en Arabia Saudí. En este sentido, existen declaraciones en las que, al ser una droga tan consumida en el país de origen, los soldados suicidas consumen captagón para disminuir la percepción de riesgo y muerte antes de cometer los actos terroristas. Otros de los efectos que produce el captagón serían: aumento del rendimiento cognitivo, reducción del cansancio, disminución de la necesidad de hambre, vigilia prolongada y disminución de la necesidad de sueño.
En cuanto a los efectos secundarios varían según la persona consumidora, quien puede desarrollar desde una excesiva estimulación del sistema nervioso central: ansiedad, excitación, inquietud, agitación… hasta incluso trastornos delirnates-alucinatorios.Si existe un consumo prolongado en el tiempo y a dosis creciente, pueden acabar desarrollando una verdadera adicción con presencia de trastornos por dependencia y fenómenos de tolerancia. De modo que si la persona deja de consumir la droga, aparecería los molestos síntomas de abstinencia como es el insomnio, el cansancio, la ansiedad o incluso alucinaciones y que requeriría un abordaje medico médico y psiquiátrico para paliar a nivel del sistema nervioso central la deprivación de ésta sustancia.
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Clara Díez. Psicóloga de IVANE. Centro de Desintoxicación y Patología Dual Valencia.
Dr. Miguel Ángel Harto. Psiquiatra de IVANE. Centro de Desintoxicación y Patología Dual Valencia.