¿Se disfruta bebiendo alcohol en exceso? ¿Dónde está la diferencia entre beber sin que llegue a ser dañino para la salud y beber en exceso?
Cuando se dice que un consumo es de bajo riesgo no significa que no tenga riesgos para la salud, sino que en función del estado de salud de cada persona, el tomar una cantidad determinada de alcohol puede suponer un riesgo. Por ejemplo, tomar una pequeña dosis de alcohol, puede influir a la hora de conducir, alterando la capacidad de atención en la carretera y repercutiendo en la toma de decisiones. En el caso de que una persona padezca alguna enfermedad crónica, la ingesta de alcohol puede agravar la enfermedad y tener consecuencias más peligrosas para la salud.
Por otra parte, cuando se habla de un consumo excesivo de alcohol, se tiene en cuenta el elevado riesgo que puede suponer el consumo para la salud.
Un consumo prolongado en el tiempo, puede causar daños en el hígado, en el páncreas o en el estómago. Asimismo, también pueden aparecer problemas cardiacos o de insomnio llegando a ser perjudiciales para la persona.
Los jóvenes y el consumo compulsivo
Uno de los colectivos con mayores probabilidades de tener problemas con el alcohol, son los jóvenes de entre 18 y 25 años, ya que su patrón de consumo es más compulsivo, llevando a la pérdida de control de la persona bebedora y causando efectos dañinos, como se ha comentado anteriormente. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 90% de alcohol que consumen los estadounidenses menores de 21 años consiste en un consumo compulsivo de alcohol.
PROTEGEMOS LA SALUD MENTAL DE LOS TUYOS DESDE HACE 9 AÑOS
SESIONES PRESENCIALES Y TAMBIÉN ONLINE
El alcohol como un reto
En la última década, muchos de estos consumos empiezan como un juego entre el grupo de jóvenes y supone una diversión usar el alcohol como tablero de juego, sin ser conscientes de la problemática que pueden llegar a causar. Algunos de los retos en los que participan los jóvenes son atreverse a beber una botella entera de golpe o conseguir beber el mayor número de chupitos en el menor tiempo posible.
Como consecuencia de este tipo de consumo compulsivo en una brevedad de tiempo, pueden aparecer problemas como trastornos mentales y comportamentales, lesiones accidentales, desmayos, accidente cerebro vascular o llegar incluso a la muerte. Según la OMS cada año se producen 3,3 millones de muertes en todo el mundo debido al consumo nocivo de alcohol.
Para concienciarse de esta problemática, es conveniente realizar un consumo responsable y pensar antes de beber si vale la pena aceptar el reto y ser el mejor en dañarse a sí mismo.