Síndrome de la impostora: Causas y, ¿cómo afrontarlo? - IVANE SALUD BLOG

Síndrome de la impostora: Causas y, ¿cómo afrontarlo?

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El síndrome de la impostora se define como la imposibilidad de reconocer el propio mérito o éxito de manera natural. Irónicamente, este síndrome lo sufren las personas que tienen éxito, un buen trabajo, incluso una buena posición y reconocimiento en su empresa.

Sin embargo, las personas que padecen de este síndrome creen que su situación o su posición se debe a la suerte y que realmente no se lo merecen, llegando a pensar y sentir que ocupan el lugar de alguien que tiene más mérito por los logros conseguidos que ellos mismos.

Este síndrome es una combinación de autocrítica, de dudas personales y de miedo a fracasar. Sumado a eso, la persona atraviesa por constantes cambios que siembran la semilla de la duda y los lleva a sentirse como impostores.

El síndrome de la impostora tiene su raíz en la falta de autoestima y un exceso de autocrítica. La autoestima se encuentra ligada al sentimiento de armonía, la forma en la que nos vemos y nos evaluamos. En ese sentido, la autoestima es la base de la confianza en nosotros mismos y un motor clave para la correcta autorregulación emocional en las personas.

Causas del Síndrome de la Impostora

Se consideran dos las causas del síndrome de la impostora: una causa intrínseca (interna a la propia persona) y una causa extrínseca (externa a la propia persona).

Las causas intrínsecas se basan en la falta de confianza en sí misma, mientras que la causa extrínseca se basa en un entorno percibido como hostil.

Otra teoría expresa que el síndrome tiene su origen en la infancia, ya que un infante siempre busca la aprobación de las figuras de orgullo o de autoridad en casa.

Recibir duras críticas, frialdad, indiferencia, malos tratos, vivir en un ambiente hostil donde se crean estilos de apegos emocionales inseguros que de cierta forma pueden llegarnos a hacer sentir que somos personas poco válidas o invalidadas, también son situaciones que pueden desencadenar este síndrome.

Otros factores influyentes en la infancia son situaciones en las que existen etiquetas entre los miembros de la familia, como: “La inteligente” “La amorosa” “La sobresaliente” “La más linda o hermosa”. Son etiquetas que afectan la integridad de las niñas que un día serán mujeres con problemas de autoestima.

Especialmente cuando durante años, las mujeres han sido criadas bajo la idea de ser seres frágiles, incluso bajo a dominación masculina.

Histórica y culturalmente también existen causas que pueden desencadenar en una mujer, el síndrome de la impostora, especialmente si consideramos lo anteriormente expuesto.

A pesar de que las cosas han cambiado en los últimos cincuenta años, los clichés tardan en morir, están casi escritos en nuestro ADN.

Si bien, existen dos causas de síndrome de la impostora, la causa principal se debe a causas extrínsecas en la infancia que genera o puede generar a futuro el desarrollo de las causas intrínsecas.

Tipologías del Síndrome de la Impostora

la famosa escritora Valerie Young, describe en sus libros, 5 tipos del síndrome de la impostora. Sin embargo, otros autores han descrito algunas tipologías que van acorde al síndrome. Entre ellos, describimos los siguientes:

La entregada

Es usa mujer que manifiesta una actitud de devoción, que puede incluso llegar al sacrificio y la victimización. La mujer entregada deja de escucharse a sí misma para escuchar a los demás. En resumen, se pasa a sí misma a un segundo plano.

Constantemente viven con el miedo de decepcionar o fracasar ante los demás y este sentimiento se vuelve dominante a medida que el tiempo avanza. Es una persona que concibe su existencia en la vida desde el “ser para otros”.

La falsa confiada

Se trata de aquellas mujeres que hacen gala de una confianza desbordante, un sobreesfuerzo por aparentar o mostrarle al resto del mundo que son capaces de hacerlo solas e incluso mejor que los demás.

Usualmente son personas que hacen alarde de los indicadores de éxitos personales; trabajo, amigos, parejas. Cuando la verdad se trata de una máscara que oculta sobre medida la real necesidad de aprobación.

La perfeccionista

El tipo de persona perfeccionista dentro del síndrome de la impostora es el más común o frecuente.

Estas personas centran toda su atención en la forma en la que desarrollan o hacen cualquier cosa. Cualquier fallo, por minúsculo que parezca, puede ser sinónimo de fracaso, seguido de vergüenza.

La perfeccionista suele auto-desmerecerse, diciéndose a sí misma que no lo han logrado por sus capacidades sino por su sobreesfuerzo. Lo cual se traduce en sentir no haber hecho lo suficiente como para lograrlo a la primera.

Este tipo de personas entran en una espiral de ordenalidad muy difícil de salir, es decir, el perfeccionismo, conlleva mayor inversión de tiempo y un mayor estrés.

La superdotada

Las mujeres del tipo Superdotada tienden a centrarse en la competencia en un sentido de rapidez y de facilidad. Además de eso, se preocupa por dominar a la perfección un tema o una habilidad.

El no ser capaz de triunfar de buenas a primeras representa un fracaso lo que provocaría en ellas un declive moral y emocional inmediato. La tenacidad no es el fuerte de la superdotada.

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La experta

«La experta es al conocimiento lo que la perfeccionista es a la calidad», La experta se autoimpone la obligación de saberlo todo de todo. Ella antes de aventurarse a algo debe tener una visión completa y dominar la situación o el tema.

En lugar de decirse que tiene un bagaje y una experiencia suficientes y que el resto de los conocimientos y las competencias las adquirirá a medida que progrese en la empresa, prevé lo que podría faltarle».

La independiente

La independiente suele asignarse tareas u obligaciones y considera que solo ella debe llevarlas a cabo de principio a fin sin ayuda de los demás. Es el tipo de persona que cree que no poder o que pedir ayuda es una señal de debilidad y vergüenza.

En la independiente también subyacería el temor a ser ‘desenmascarada’ por un colaborador con quien se compartiese una tarea. Se trata de la típica persona a quien le cuesta horrores delegar. Tanto, que no lo hará nunca.

La superwoman

Una superwoman mide sus capacidades por el número de funciones que logra asumir de manera brillante.

No tener la capacidad de cumplir con los roles impuestos por ella misma como, madre, esposa, ama de casa, amiga, hija, voluntaria o profesional le haría sentir una increíble vergüenza.

La necesidad de brillar está siempre presente en sus vidas, y tiene que conseguirlo en cada uno de sus papeles con lo cual podrá sentirse verdaderamente competente.

Cómo identificar el Síndrome de la Impostora

Para identificar si padeces del síndrome de la Impostora, comienza primero por preguntarte si crees en ti misma, en tus logros y en tus capacidades.

Puedes incluso tener falta de autoestima y podrás distinguirlo al notar que constantemente dudas de ti misma, especialmente sobre tu propio potencial.

Sin embargo, muchas veces no nos damos cuenta de que estamos sufriendo del síndrome de la impostora. Tenemos una sensación y un sentimiento terrible, y al final desarrollamos una especie de vergüenza que no nos permite hablar de ello con nadie más.

Para identificar el síndrome de la impostora puedes tomarte tiempos a solas y analizar las situaciones que vives, cómo te sientes en los diferentes aspectos de la vida, vigilar tus pensamientos y determinar si tienen tendencia a la invalidación de tus propias capacidades.

Tomar nota de cómo te sientes, llevar un diario te hará más sencillo poder conocerte más a ti misma, y notar cuando algo no está bien.

Aunado a ello, puedes analizar entre las tipologías si tu personalidad, lo que sientes o lo que piensas de ti se asemeja o coincide con las descritas con anterioridad.

Sin embargo, lo más importante para poder determinar y conocer si estas padeciendo del síndrome de la impostora, es acudir a un profesional de la salud mental, un psicólogo que pueda orientarte sobre lo que estas sintiendo y pueda determinar si se trata de este síndrome.

Cómo afrontar el Síndrome de la Impostora

Para afrontar el síndrome de la impostora lo primero que debemos hacer es poder reconocer que algo no anda bien, reconocer que se padece del síndrome de la impostora y aceptarlo.

Para continuar, es importante entender que el proceso para afrontar cualquier adversidad es lento y de pequeños pasos.

Al inicio se tornará complejo afrontar ciertas situaciones o desafiar algunos comportamientos de la noche a la mañana, pero con paciencia y dedicación es posible.

Con ayuda del diario, puede llevarse un registro de los logros personales, donde se pueda plasmar y donde se pueda leer de lo que se es capaz y lograr ir más allá de lo que nuestro subconsciente nos dice.

El plasmar en un cuaderno o diario nuestros logros y éxitos nos permitirá releer todo eso que de momentos olvidamos y nos ayuda a recobrar la confianza cuando esta se comienza a perder.

También es muy importante rodearse de buenas personas. Tener mujeres cariñosas a tu alrededor y modelos a seguir que nos inspiren y nos potencien.

Incluir en nuestras vidas nuevos y buenos hábitos, o hábitos saludables, contribuye en gran medida en recuperar la confianza en sí misma.

Además, hacer un cambio en las expresiones que usamos constantemente o que nos decimos a nosotras diariamente puede cambiar la manera en la que nos vemos y a reprogramar la imagen e idea mental que el subconsciente tiene sobre nosotros.

Comer sano, hacer ejercicios, ejercitar no solo el cuerpo sino también la mente y, muy importante, pedir ayuda siempre lo necesitemos, es una forma saludable de superar cualquier adversidad.

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