¿Qué es la Demencia Vascular?
La demencia vascular es un tipo de demencia causada por una disminución del flujo sanguíneo al cerebro, lo que provoca daño cerebral. Este daño afecta una o más funciones cerebrales como la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio o la conducta. Es el segundo tipo de demencia más común y suele aparecer en personas de mediana edad, entre los 55 y los 70 años. De todos los casos de demencia, se calcula que entre el 10 y el 20% de las personas padecen demencia vascular, muchas de las cuales permanecen sin diagnosticar.
¿Qué es el Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral progresivo que destruye lentamente la memoria, la capacidad de pensar y, con el tiempo, la habilidad de realizar tareas cotidianas. Representa entre el 60 y el 80% de todos los casos de demencia. Se caracteriza por cambios específicos en el cerebro, como la acumulación de placas de beta-amiloide y ovillos de tau hiperfosforilada, que empeoran gradualmente con el tiempo. Las personas con Alzheimer también experimentan cambios en la conducta y la personalidad.
Diferencias entre la Demencia Vascular y el Alzheimer
La demencia es un término general que describe un deterioro en las funciones cognitivas, mientras que el Alzheimer es una enfermedad específica que causa demencia. La demencia incluye síntomas como la pérdida de memoria y la disminución de la capacidad de razonamiento.
Diferencias clave:
- Curso de la enfermedad: El Alzheimer presenta un deterioro gradual y progresivo. En la demencia vascular, el curso puede ser escalonado, con empeoramientos bruscos debido a nuevos eventos vasculares cerebrales.
- Síntomas: La demencia vascular se manifiesta típicamente con dificultad para focalizar y mantener la atención, disminución de la capacidad de planificación, y problemas de memoria. El Alzheimer se caracteriza por deterioro cognitivo, desorientación temporo-espacial, y dificultad para expresarse y realizar actividades cotidianas.
Causas del Alzheimer y la Demencia Vascular
Alzheimer: La causa exacta no se conoce, excepto en casos con un componente genético y antecedentes familiares. Se produce por acumulación de proteínas beta-amiloide y tau en el cerebro, que forman placas y ovillos, causando daño neuronal.
Demencia Vascular: Causada por una serie de pequeños accidentes cerebrovasculares (ACVs) o infartos. Estos eventos pueden ser «silenciosos» y no presentar síntomas inmediatos, pero con el tiempo, el daño acumulado lleva a la aparición de los síntomas de la demencia.
Tratamiento del Alzheimer y la Demencia Vascular
Alzheimer: Los tratamientos se centran en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Medicamentos como la galantamina, rivastigmina y donepezilo (inhibidores de la colinesterasa) se utilizan para síntomas leves a moderados, mientras que la memantina (un antagonista NMDA) se emplea para casos moderados a graves.
Demencia Vascular: No existe un tratamiento para revertir el daño cerebral causado por ACVs. El tratamiento se centra en prevenir futuros ACVs mediante medicamentos como anticoagulantes y cambios en el estilo de vida. Los medicamentos utilizados en el tratamiento del Alzheimer pueden ser beneficiosos en fases tempranas de la demencia vascular.
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Prevención de la Demencia
Aunque no hay métodos comprobados para prevenir el Alzheimer y las demencias relacionadas, llevar un estilo de vida saludable puede ayudar a reducir los factores de riesgo:
- Controlar la presión arterial y la glucosa en sangre.
- Mantener un peso saludable y una dieta balanceada.
- Mantenerse físicamente y mentalmente activo.
- Evitar el consumo de tabaco y reducir el alcohol.
- Promover una buena salud mental y física.
- Prevenir lesiones en la cabeza.
- Fomentar la socialización y la actividad social.
Estimulación Cognitiva
La estimulación cognitiva mediante ejercicios mentales puede mejorar la función cognitiva y frenar su deterioro. Ejemplos de actividades incluyen:
- Lectura, resolución de pasatiempos y puzzles.
- Juegos de mesa y escuchar música.
Una dieta rica en vegetales, frutas y cereales integrales aporta antioxidantes que contrarrestan el efecto de los radicales libres en el cerebro. El ejercicio físico regular también es crucial para mejorar la función cognitiva y reducir el estrés.
Importancia de la Interacción Social
Mantenerse socialmente activo ayuda a reducir el deterioro cognitivo. Las personas mayores con una vida social activa tienen un menor riesgo de sufrir demencia.
Los investigadores no pueden afirmar con certeza que estos cambios en el estilo de vida prevendrán la demencia, pero son beneficiosos para la salud general y contribuyen a un envejecimiento saludable.