Síndrome de identidad de la integridad corporal, ¿qué es?
El trastorno de identidad de la integridad corporal o BIID por sus siglas en inglés (Body Integrity Identity Disorder), es una enfermedad infrecuente, poco estudiada y muy poco conocida.
Es una condición psicológica poco común y profundamente desconcertante. Las personas con BIID sienten que una o más partes de su cuerpo no les pertenecen y, en algunos casos, desean la amputación de estas partes, sanas.
Las personas con este trastorno perciben estas partes de su cuerpo como: ajena, extraña, intrusiva o incluso como su “enemiga”. Es tan fuerte esa sensopercepción, que pueden desear y efectivamente llegar a generarse una situación discapacitante real, poniendo en riesgo su integridad física y su vida.
Aunque tradicionalmente se le ha otorgado el nombre de apotemnofilia, el trastorno de identidad de la integridad corporal no incluye ningún componente o motivación sexual por la que la persona desee amputar cualquier zona de su cuerpo.
Las personas que padecen este trastorno de identidad, autodenominados “wannabe”, se sienten incompletas teniendo las cuatro extremidades y pasan a sentirse plenos, aliviados y felices tras la amputación.
Además, saben perfectamente cual es el miembro concreto que “les sobra”, habitualmente desean amputarse un brazo o una pierna por encima de la rodilla y generalmente del lado izquierdo.
Se caracteriza por una alteración significativa de la integridad de cuerpo, o sea, la persona cree que se sentirá y vivirá más íntegra cuando se mutile.
Esta creencia irracional, que se vuelve obsesiva, genera una elevada ansiedad y un bajo estado de ánimo, y les conduce a pensar que la única manera de aliviar este malestar es llevar a cabo comportamientos que les acerquen a su peligroso estado ideal.
Hay algunos que logran la relajación, controlando estos impulsos con comportamientos de imitación y compensación, como usar prótesis, muletas, sillas de ruedas o dejar de usar la extremidad, por ejemplo.
Otros sólo consiguen su bienestar cuando logran perder el miembro del cuerpo o el sentido deseado, llegando a lesionarse o causar accidentes que obliguen a la mutilación.
Este desorden se manifiesta ya muy joven, durante las cuales los niños creen que les falta o desaparece parte de su cuerpo.
Finalmente, este trastorno puede ser confundido con el Trastorno Dismórfico Corporal (BDD).
No obstante, en este último, la persona experimenta una angustia profunda por la apariencia de una parte específica de su cuerpo, la cual consideran defectuosa o poco atractiva, y a pesar de que sientan el deseo imperioso de modificarla, nunca se plantean que esta desaparezca por completo.
Síntomas del Síndrome de identidad de la integridad corporal
Antes tengamos en cuenta que el hecho de que estas personas que padecen de BIID deseen y busquen ser discapacitadas se asocia generalmente a las siguientes ideas:
- Buscan conseguir un aspecto físico que es de particular agrado para ellas y que conlleva la amputación de una parte de su cuerpo. Es un intento por llegar a un ideal personal.
- Sienten esa parte del cuerpo como ajena, como que no les pertenece, la consideran incongruente con su imagen corporal.
- Consideran que esa extremidad o parte del cuerpo es un lastre, una carga y que es inútil o defectuosa.
Los principales síntomas del trastorno de identidad de la integridad corporal son los siguientes:
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Síntomas cognitivos y emocionales
Dentro de la sintomatología propia de este trastorno, la cual podría concretarse tanto en el deseo de amputar alguna parte del cuerpo, como en los intentos o autolesiones que una persona pueda provocarse con esta finalidad.
Las personas con trastorno de identidad de la integridad corporal tienden a comportarse o pensar de una manera determinada que las caracteriza.
Esta sintomatología, mayormente cognitiva, se manifiesta con ideas irracionales repetitivas e intrusivas en las que el paciente se siente incompleto con su cuerpo tal y como es o, por otra parte, no se siente identificado con ciertas partes de su cuerpo.
La intensidad de estas ideas puede ser tal que suelen convertirse en obsesiones, derivadas en altos niveles de ansiedad y bajo estado anímico.
Estos pensamientos, así como los síntomas ansiosos, se alivian o desaparecen una vez se haya llevado a la cabo la amputación.
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Síntomas conductuales
En cuanto a los síntomas conductuales, las personas con trastorno de identidad de la integridad corporal suelen realizar autolesión para amputarles ciertas partes de su cuerpo.
Estas conductas pueden ir desde lesionarse en su propio hogar hasta dejarse atropellar o dispararse con un arma.
El objetivo de cualquiera de estas conductas es infligir heridas de gravedad suficientes para que profesionales médicos amputen el miembro dañado.
No obstante, también se han registrado casos en los que el propio paciente ha intentado amputarse o “liberarse” de alguna parte de su cuerpo por cuenta propia.
Asimismo, aunque la zona, extremidad o parte del cuerpo que causa esta aversión en el paciente puede variar entre persona y persona, la demanda más habitual es la de amputar la pierna izquierda por la zona superior de la rodilla o bien amputar una de las dos manos.
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¿Cuáles son las causas que conllevan a que las personas con este trastorno deseen amputarse partes sanas de su cuerpo?
El origen o las causas exactas del trastorno de identidad de la integridad corporal son, por el momento, desconocidas.
Este trastorno suele comenzar a gestarse durante la infancia y la adolescencia, momentos en los que ya se hacen presentes las ideas irracionales y compulsivas respecto a la amputación.
Sin embargo, hasta la edad adulta las personas no suelen exteriorizan estos deseos. A pesar de esto, debido al miedo al estigma social, rara vez buscan tratamiento o apoyo profesional.
También se ha visto que se presenta con mayor frecuencia en varones (aproximadamente un 30 % más de incidencia) y que suele afectar principalmente a las extremidades (piernas, brazos, manos…).
Existen diversas teorías de base psicológica y neurobiológica que intentan dar con la génesis de este desorden.
Una de estas teorías plantea la posibilidad de que, durante la etapa infantil, el niño quede tan profundamente marcado por la imagen de una persona con un miembro amputado que pueda llegar a adoptar esta imagen como un arquetipo corporal ideal.
Por otra parte, una segunda teoría psicológica hipotetiza que, ante la sensación de falta de atención o cariño, el niño puede llegar a pensar que, mediante la amputación de alguno de sus miembros, conseguirá esta atención que tanto necesita.
En cuanto a la teoría neurobiológica, una lesión o anomalía en la corteza cerebral asociada a las extremidades podría explicar el porqué de este fenómeno.
De ser así, el trastorno de identidad de la integridad corporal podría ser considerado como un tipo de somatoparafrenia, la cual puede aparecer tras un derrame o embolia en el lóbulo parietal.
Además, si esta teoría fuese cierta, explicaría que este desorden tenga mayor incidencia en hombres que en mujeres; puesto que, en estos, el lado derecho del lóbulo parietal es significativamente más pequeño.
Tratamiento para las personas con el trastorno de identidad de la integridad corporal
Por el momento no se puede hablar de una cura definitiva y universalmente aceptada.
Generalmente, se emplean fármacos (como antidepresivos o antipsicóticos) y psicoterapia para intervenir en estos casos. No obstante, es fundamental que la persona sea consciente de que sufre un trastorno y desee recibir ayuda.
Dado que los síntomas de este desorden son cognitivos, el tratamiento cognitivo conductual puede ser eficaz con el trastorno de identidad de la integridad corporal.
No obstante, las ideas de estos pacientes están tan arraigadas que es muy complicado que los síntomas remitan solo con terapia psicológica.
En la mayoría de los casos, las personas con BIID refieren desear la parálisis o amputación del miembro, y solicitan ayuda médica para completar la cirugía.
De hecho, aunque esto alivie su malestar y logre que se sientan finalmente completos y conformes con su físico, es una decisión cargada de dilemas morales, ya que implicaría eliminar (ya sea físicamente o a nivel funcional) un miembro sano.
En los casos en los que el paciente o sus familiares opten por seguir un tratamiento psicológico, las técnicas de prevención de respuesta, así como la parada de pensamiento, suelen ser las que presentan una mayor eficacia.
El objetivo, en cualquiera de los casos, es que las personas con trastorno de identidad de la integridad corporal acepten sus cuerpos tan y como son, eliminando el deseo o la necesidad de someterse a una amputación.
Conclusión
En conclusión, el trastorno de identidad de la integridad corporal (BIID) es un trastorno psicológico poco comprendido en el que las personas experimentan una creencia inquebrantable de que una extremidad sana no pertenece a su cuerpo.
Aunque el BIID plantea importantes desafíos en términos de diagnóstico y manejo, es fundamental que los profesionales de la salud reconozcan y aborden esta condición de manera compasiva y empática.
Al proporcionar un diagnóstico preciso y opciones de tratamiento adecuadas, podemos ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con BIID y promover una mayor comprensión y aceptación de esta condición poco común pero significativa.