¿Qué es el síndrome de Cotard?
En su forma completa, comprende el delirio de negación de órganos, el delirio de enormidad y el delirio de inmortalidad. Hoy sólo se ven formas incompletas de este síndrome.
Se considera al delirio de Cotard una forma especial de delirio depresivo o esquizofrénico, e incluso puede ser un signo temprano de la enfermedad de Alzheimer, de una Parálisis General Progresiva o de una psicosis alcohólica.
En el delirio de negación el paciente manifiesta que sus órganos están destruidos, funcionan mal, están putrefactos, etc.
En el delirio de enormidad, mucho más raro que el anterior, el paciente manifiesta que sus miembros están aumentados de tamaño y alargados
Y, por último, el delirio de inmortalidad, no tan raro como el anterior, refiere que es inmortal, pero esta inmortalidad se vive como un castigo, con dolor.
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés) nos presenta una definición del delirio más actual, describiéndolo como una alteración de la conciencia acompañada de una disminución atencional.
Así pues, el delirio se caracterizaría como un cambio en las funciones cognoscitivas (como déficit de memoria, desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración perceptiva que no se explica por la existencia de demencia previa o en desarrollo.
Lleva su nombre en honor a Jules Cotard, quien lo describió en 1880 por primera vez, esto fue al diagnosticar a una mujer enferma de 48 años con melancolía. En 1893, Emil Régis, acuño el término Síndrome de Cotard.
Causas del síndrome de Cotard
Todavía no se sabe a ciencia cierta qué causa el síndrome de Cotard, es un trastorno psiquiátrico, en especial un delirio típico de las depresiones más graves (psicóticas o delirantes).
Se puede ver en enfermedades mentales severas como esquizofrenia, trastornos afectivos o cuadros depresivos muy graves.
Neurológicamente hay alteraciones en ciertas áreas del cerebro, como migraña, tumores cerebrales, traumatismos craneales, síndrome de Parkinson y esclerosis múltiple.
Estos pacientes también pueden presentar ansiedad, irritabilidad, silencio voluntario, ausencia de dolor (llamada analgesia) o un umbral de dolor muy bajo, y en los casos más drásticos, pueden llegar a automutilarse y tener pensamientos e intentos suicidas.
Una de las hipótesis más aceptadas, en cuanto a su causa, es la del experto australiano en ciencia cognitiva Max Coltheart.
Coltheart indica que se requieren dos factores para tener este tipo de delirio. El primero es una anomalía neurobiológica que produce mecanismos neuropsicológicos alterados y que lleva a una experiencia subjetiva altamente anormal.
Como por ejemplo, la pérdida de la memoria emocional que hace que el paciente experimente una falta extrema de familiaridad con una situación de su vida, su cuerpo o su identidad.
Y, en segundo lugar, añade Coltheart, también se requiere de una falla de los mecanismos lógicos que se conoce como el sistema de evaluación de creencias, porque una persona puede tener problemas de despersonalización, pero no llegar a la conclusión de que está muerta.
¿Qué síntomas presenta una persona con síndrome de Cotard?
El síntoma fundamental en el síndrome de Cotard es el delirio de negación. Las ideas de negación subjetiva conducen al paciente a negar, la existencia de partes de su cuerpo.
Esto usualmente comienza con la negación de una parte específica. El paciente suele decir frases como “solía tener un corazón, ahora tengo algo que late en su lugar”, “yo no tengo estómago, por lo cual nunca tengo hambre, pareciera que la comida cayera dentro de un hoyo”.
Este delirio puede expresarse de manera diferente en cuanto a su gravedad.
Desde una creencia del paciente que considera que pierde sus capacidades intelectuales y su capacidad de expresar sentimientos, hasta la forma de mayor severidad, en la que cree que nada existe, conduciéndolo a la negación de su propia existencia y la del cosmos.
Este delirio nihilista se asocia de manera frecuente con una patología depresiva.
En otras ocasiones, se encuentra en pacientes con esquizofrenia y, en otras, en pacientes con cuadro psicótico cuya etiología sea alguna patología estructural orgánica del sistema nervioso central.
Otros síntomas pueden incluir analgesia, mutismo, automutilación, ideas suicidas y, en otros casos, alucinaciones; de estas últimas, las más tardías podrían ser las visuales, aunque son mucho más comunes las auditivas.
Otras pueden ser alucinaciones gustativas u olfativas, experimentar que el sabor de los alimentos ha cambiado, percibir olor a materia fecal.
La otra paradoja es que, aunque están convencidos de estar muertos, pueden intentar autodestruirse, pareciera como si el suicidio fuera la única vía de escape.
Como el síndrome de Cotard ocurre frecuentemente con otros síndromes psicóticos, pueden coexistir ambas sintomatologías.
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También, puede coexistir con condiciones orgánicas, y en estos casos lo que tendremos es un compromiso en el sensorio, la memoria y las evaluaciones de atención y concentración. Más extraño es que ocurre en la presencia de síntomas de características esquizofrénicas.
¿Quiénes son más propensos a padecer del síndrome de Cotard?
El síndrome de Cotard ha sido descrito en todos los grupos etéreos entre los 16 y los 81 años. Sin embargo, la mayoría de los casos ocurren en la edad adulta media.
La condición clínica parece ser rara en la adolescencia; en este periodo, algunos pocos casos han sido reportados en la literatura. La impresión clínica sugiere que su presentación es más frecuente en las mujeres que en los hombres.
¿Cómo afecta el síndrome de Cotard en la vida del paciente?
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Bienestar emocional
Tener una creencia delirante, infundada pero percibida como cierta e irrefutable, un delirio, genera malestar en su persona. ¿Por qué? Porque ha perdido el contacto con la realidad, y eso perjudica enormemente su propio bienestar emocional.
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Vida familiar
La persona que sufre el delirio de Cotard o delirio nihilista siente, como indicábamos, que está muerta, que no existe, que está vacía… Todas estas creencias resultan difíciles de creer por parte de las personas más cercanas, y eso incluye la familia.
Todo esto puede hacer que la persona se sienta poco comprendida por su familia, sobre todo si no se dispone del acompañamiento psicoeducativo necesario para entender y abordar el trastorno, a nivel individual y familiar.
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Vida social
Vivir con un delirio de Cotard o con el Síndrome de Cotard, así como con cualquier otro delirio, puede interferir enormemente en la vida del paciente, y eso incluye su vida social.
Así, el hecho de salir con nuestros amigos o de practicar actividades lúdicas y/o de ocio, por ejemplo, puede tornarse muy complicado cuando sufrimos tanto con nuestro trastorno y, además, sentimos que no entienden nuestra situación.
Tratamiento para el síndrome de Cotard
Si bien hoy en día no hay un tratamiento específico para el síndrome de Cotard, existen terapias universales que pueden aplicarse con éxito en estos pacientes.
El manejo específico del síndrome de Cotard se enfoca en el manejo de su condición clínica subyacente. Como se ha observado en pacientes con trastornos afectivos, los antidepresivos pueden ser efectivos.
Hay que puntualizar que, en algunos casos donde la sintomatología afectiva se produce intensamente, se recomienda el uso de estabilizadores del humor.
Debido a los delirios, algunos autores han sugerido la terapia electroconvulsiva e incluso se ha planteado como tratamiento de elección.
Cuando el síndrome de Cotard se encuentra asociado con una condición de enfermedad esquizofrénica crónica, el pronóstico empeora.
Sin embargo, en otros pacientes esquizofrénicos donde la aparición de los síntomas es de instalación rápida, la utilización de fármacos antipsicóticos puede favorecer una buena respuesta.
Si el síndrome se presenta subyacente a cualquier entidad orgánica, el tratamiento será la condición que lo ha determinado.
Sin embargo, si aparece como una presentación inicial de un cuadro demencial, serán muy pocas las probabilidades de mejoría en el paciente.
En cuanto al tratamiento psicoterapéutico del síndrome de Cotard, hay pocos casos reportados, ya que la mayoría se centran en la farmacoterapia.
La terapia de rehabilitación cognitiva y neuropsicológica podría mejorar y reconfigurar el sentido de familiaridad con otras personas, el mundo externo, y el propio cuerpo, todo con la finalidad de restablecer explicaciones causales más realistas y neutrales.
Otras que se deben considerar en el manejo del síndrome de Cotard es la vigilancia del paciente, en cuanto a las posibilidades de autoagresión y suicidio.
Por la severidad de este síndrome, o sea, que el paciente se autolesione, no extraña que el profesional que evalúe recomiende una hospitalización temporal para evitar conductas autolesivas mientras se realiza una observación cercana de su conducta.
Este síndrome es una condición poco habitual y registrada en pocos casos en la literatura. Pero no deja de ser una incógnita cómo nuestro cerebro puede hacernos creer la inexistencia de lo evidente.
La investigación y una clasificación de tal condición se vuelve necesaria para evitar diagnósticos tardíos. Asimismo, las bases biológicas del síndrome de Cotard no se tienen todavía del todo claras.
Aunque hay ciertas zonas con daños en la mayoría de los casos, se ha visto que la influencia del lóbulo parietal no se ve comprometida de igual forma en unas personas y otras.