El orden contribuye al bienestar psicológico
Todos hemos experimentado la agradable sensación que se produce cuando se llega a un entorno limpio y ordenado. Según las investigaciones, la causa de este fenómeno se debe a que a nuestro cerebro le gusta el orden; de hecho, lo necesita para poder entender la información disponible.
Por otro lado, la capacidad para procesar de la información que nos rodea tiene ciertas limitaciones, por tanto, cuanto mayor desorden y el alboroto de estímulos presentes en nuestro campo visual; mayor es la cantidad de recursos atencionales que nuestra mente dedica a buscar armonía entre dichos estímulos.
Esta sobreestimulación visual, implica que nuestro cerebro no es capaz de discriminar entre la información que es relevante de la que no lo es, por lo que está constantemente tratando de ordenar mentalmente lo que le rodea y para esta tarea se necesita un gran esfuerzo y un alto consumo de energía.
El estado de nuestro hogar supone un reflejo de nuestro estado psicológico.
Pero más allá de la atención, el desorden también afecta a otras funciones cognitivas como son los pensamientos y la concentración. La confusión que se percibe en el entorno se transforma en confusión mental, el desorden nos recuerda todas las tareas pendientes e inacabadas. Además, a nivel corporal se segregan hormonas del estrés, lo que no solo disminuye nuestro rendimiento, sino que repercute en nuestro bienestar físico y mental.
Por todo ello, el estado de nuestro hogar supone un reflejo de nuestro estado psicológico. Es importante valorar el impacto que nuestro medio ambiente tiene en cómo nos sentimos ya que también afecta a como nos relacionamos con las personas que nos rodean, ya que nos mantiene irritables y ansiosos.
Para conseguir preservar nuestra energía, aumentar la concentración y mejorar nuestras relaciones personales, debemos dedicar parte de nuestro tiempo a ordenar el espacio que nos rodea.
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En resumen, para conseguir preservar nuestra energía, aumentar la concentración y mejorar nuestras relaciones personales, debemos dedicar parte de nuestro tiempo a ordenar el espacio que nos rodea.
Hábitos para ayudarnos para que ordenar se convierta en una tarea sencilla
- Guardar tus cosas en cuanto llegues a casa (abrigo, bolso, zapatos, etc). Ya que supone un acto sencillo que si no se realiza en el momento, supone tener que invertir mucho más tiempo.
- Tener un lugar para cada cosa, y poner todo en su sitio inmediatamente. Lo que ayuda a encontrar lo que buscamos fácilmente.
- Hacer la cama a diario. Empezar el día arreglando tu cama es una forma de inciar una actitud positiva hacia el orden.
- Proponerse ordenar durante 15 minutos al día. La cuestión no es tanto la duración, sino que se mantenga como rutina diaria.
- No traer nuevas cosas a casa. En todo caso utilizar la regla de “uno entra, dos salen”: por cada objeto que entra en casa, deshazte de dos. Así evitamos la tendencia a la acumulación que dificulta aún más la tarea de ordenar y mantener la casa limpia.
Marta Escobedo. Psicóloga de IVANE SALUD.
Dra. Giovanna Legazpe. Psiquiatra de IVANE SALUD.
Unidad de Salud Mental y Psiquiatría Hospitalaria en Hospital Vithas Valencia al Mar.
Clínica de Desintoxicación y Patología Dual en Hospital Vithas Aguas Vivas.