Mitos y realidades de los efectos de las drogas en el sexo

Mitos y realidades del efecto de las drogas y el sexo

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La búsqueda de sustancias que mejoren la satisfacción sexual ha constituido un deseo largamente perseguido por parte de hombres y mujeres. Pero la realidad, contrastando diversos estudios científicos, es que las drogas son enemigos para la respuesta sexual, el placer y el intercambio amoroso.

Las prácticas sexuales siguen rodeadas de muchos mitos, y cuando se asocian al consumo de drogas la realidad es muy diferente de cómo muchos se prefiguran. El consumo de sustancias con el fin de potenciar la experiencia sexual es una práctica de riesgo que aunque en algunos casos puede ofrecer ciertos efectos, es algo que rápidamente se vuelve en contra de los usuarios, causando más y mayores problemas.

Los principales efectos de las drogas de abuso más utilizadas serían los siguientes:

Alcohol

El alcohol reduce la timidez, pero es un mito la relación alcohol-afrodisía. La realidad es que actúa como un depresor del organismo de la persona que lo consume y dificulta el juego erótico.

Como es un desinhibidor, puede facilitar el acercamiento y la expresión del impulso sexual, pero como también inhibe partes del sistema nervioso autónomo implicadas en la biología sexual. También difumina las sensaciones físicas por lo que disminuye el impacto emocional y de placer en el ser humano.

Por último, cabe señalar que el consumo de alcohol puede aumentar las prácticas de riesgo que conducen a embarazos inesperados e infecciones de transmisión sexual.

Tabaco

Los graves efectos que la nicotina y el alquitrán provocan sobre la respuesta sexual se hacen generalmente patentes a partir de los 30 años, pero incluso antes hay que considerar que las sensaciones eróticas serían mucho mejores si dejara de fumar.

El tabaco tiene efectos adversos sobre el sistema circulatorio, que es esencial para una buena función sexual, ya que dificulta el riego sanguíneo y facilita la aparición, a medio plazo, de disfunción eréctil en el hombre, así como dificultades de excitación en el sexo femenino.

También afecta a la respuesta sexual a medio plazo porque ocasiona una pérdida sensorial generalizada (gusto, tacto, olfato) además de ser un enemigo para la textura de la piel.

Cannabis (marihuana, hachís y derivado)

El consumo habitual de cannabis produce efectos negativos en la fertilidad, tanto en hombres como en mujeres. También se han constatado casos de mujeres con disminución de la líbido y desinterés por el sexo.

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Opiáceos: heroína, morfina…

Tanto la heroína como la morfina parecen generar múltiples trastornos sexuales y se utiliza por los adictos como sustitutivo o distanciamiento de la propia actividad sexual. Es bien conocido que los opiáceos disminuyen la respuesta sexual.

En el sexo femenino es frecuente la alteración del deseo sexual y la dificultad para alcanzar placer. También son habituales las alteraciones del ciclo menstruales. En los hombres, el efecto inicial más común de la heroína es la inhibición del orgasmo y retraso en la eyaculación; más tarde, puede provocar un descenso en la líbido y la respuesta sexual. Personas con eyaculación precoz pueden notar un retraso en la eyaculación a dosis pequeñas, pero la erección desaparece a dosis más altas.

Anfetaminas / éxtasis

Provocan euforia y desinhibición, y desde el punto de vista sexual, pese a generar un aparente aumento del deseo, dificultan las fases de la respuesta sexual. En la mujer dificultan la excitación y una relación sexual fluida y normalizada. En el hombre provoca disfunción eréctil retraso en la eyaculación.

Cocaína / crack

Si bien es cierto que se asocia a la cocaína como un estimulante sexual, también se sabe que provoca en ocasiones trastornos como la disfunción eréctil y erecciones dolorosas, así como una importante pérdida del deseo sexual. Algunos consumidores creen que el uso tópico de cocaína en los órganos sexuales clítoris o el glande aumenta la sensibilidad y la excitación sexual. Esta práctica es totalmente falsa e incierta porque la cocaína es un potente anestésico local, con lo que realmente se consigue el efecto contrario.

 

Fermín Ferrero. Psicólogo de IVANE SALUD.

Dra. Olga Magro. Psiquiatra de IVANE SALUD.

Unidad de Salud Mental y Psiquiatría Hospitalaria en Hospital Vithas Valencia al Mar.

Clínica de Desintoxicación y Patología Dual en Hospital Vithas Aguas Vivas.

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