Uno de los obstáculos que con mayor frecuencia se encuentra en el camino de superar una adicción es el miedo de la persona que consume. Miedo a que el proceso de desintoxicación pueda resultar muy doloroso o desagradable, miedo a que su situación en general no acabe siendo tan beneficiosa como a priori había pensado o miedo a que todo no vuelva a la normalidad previa antes de la adicción.
Estas situaciones hacen que el paciente se encuentre ambivalente y con una ambigüedad existencial respecto a lo que quiere hacer realmente con su vida y mantenga viva la tentación de permanecer en el consumo como un mal inevitable o un mal menor cuyo consumo puede controlar.
Estas preocupaciones tienen como base diferentes factores. Los desagradables síntomas y reacciones a los que cualquier adicto suele enfrentarse cuando se interrumpe el consumo en los que puede aparecer los molestos síntomas de abstinencia entre los que pueden identificarse una serie de manifestaciones que van desde angustia, mareos, vómitos, inestabilidad, sensación de agotamiento, nerviosismo elevado, altibajos en la presión arterial, insomnio, aumento del apetito… dependiendo del tipo de sustancia, del tiempo que se haya estado consumiendo e incluso del carácter de la persona.
Estos síntomas que pueden aparecer con mayor o menor intensidad, se tratan de reacciones de adaptación del organismo y el cerebro, los cuales estaban acostumbrados a recibir con regularidad unas dosis de determinadas sustancias tóxicas, cuando de pronto ese “suministro” se ha visto interrumpido con más o menos brusquedad.
Como tales, estas reacciones de adaptación no van a tener una duración prolongada. Simplemente se limitarán al tiempo en que nuestro organismo necesita para darse cuenta de que ese consumo continuado ya no se dará, con lo cual dejará de “reclamarla” a través del ansia y la desesperación.
En este sentido, resulta de ayuda inestimable facilitar esa adaptación del organismo con un tratamiento farmacológico que asiente los ritmos biológicos de sueño con la mínima ansiedad e inquietud psicomotriz con el objetivo de evitar el mínimo sufrimiento al cuerpo y a la mente, esto es distinto a inducir curas de sueño o sedaciones en los que el objetivo es la contención química del paciente y que distan de una adecuada desintoxicación medica de la adicción.
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El problema es que las personas adictas pueden vivir este proceso de forma muy desagradable, puesto que por una parte, pueden ser síntomas muy graves, en especial en sustancias como el alcohol o la heroína. Pero también, y esto es importante, el consumo prolongado de una droga suele provocar en las personas una baja o nula tolerancia al sufrimiento. Una de las características más destacables de cualquier tipo de adicción es que instala un mecanismo de satisfacción y alivio inmediato, un corto plazo para las emociones que puede llegar a ser extremadamente limitante, puesto que la persona con estas características es incapaz de soportar ninguna espera ni malestar; no le valen las promesas de un futuro cercano mejor, no le valen los consejos de que una sensación desagradable del síndrome de abstinencia se pasará, siquiera en unas horas. Cuando han estado consumiendo, se han acostumbrado a tomar la droga cuando tenían el impulso, cuando sentían el mínimo malestar, de forma que han perdido la capacidad de espera y la de soportar el sufrimiento. Por eso hay personas adictas que tienen miedo, o incluso se resignan a no dejarlo nunca: porque no se sienten capaces de afrontar esos síntomas desagradables, de esperar unos días o semanas en que éstos remitirán.
De hecho, los intentos previos de dejarlo de muchas de esas personas, generalmente poco planificados y con escasa ayuda profesional, les han podido alimentar la creencia de que es un proceso largo y doloroso, y hasta llegan a pensar que toda la vida de abstinencia va a estar marcada por esa desagradable sensación, lo cual es totalmente falso.
Es por eso que es importante recibir ayuda profesional para superar esa fase inicial de desintoxicación, ya que permitirá a la persona adicta superar el síndrome de abstinencia de forma más controlada, minimizando el sufrimiento.
En la clínica IVANE Adicciones uno de nuestros objetivos principales es conseguir esto mismo. Gracias a la atención psiquiátrica diaria que facilitamos, nuestros pacientes superan esta fase en óptimas condiciones, lo cual les ayuda a mejorar la motivación para mantener la abstinencia. Y no solo eso: la atención psicológica que les damos les ayuda, además, a aprender estrategias para superar esos síntomas y ser más fuertes en el futuro.