Trastornos de la Conducta Alimentaria

Hablamos de TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA (ANOREXIA NERVIOSA Y BULIMIA NERVIOSA) para referirnos a aquellas alteraciones sostenidas en los patrones de comportamiento relacionados con la alimentación que conllevan deterioro en las áreas física y psicosocial de las personas.

Los TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA (ANOREXIA NERVIOSA Y BULIMIA NERVIOSA) tienen en común la distorsión de la imagen corporal, que hace que el paciente mantenga conductas disruptivas relacionadas con la ingesta alimenticia, disminuyendo la cantidad de comida, perdiendo el autocontrol sobre la misma, utilizando diuréticos o teniendo conductas compensatorias desadaptativas posteriores.

En la mayoría de ocasiones las personas con TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA (ANOREXIA NERVIOSA Y BULIMIA NERVIOSA) relatan con frecuencia la vivencia de traumas a la edad infantil, momentos complicados en su propia biografia biografía, entorno familiar o social hostil o la vivencia de enfermedades mentales graves en familiares de primer rango.

Por norma, TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA, se categorizan en las siguientes dos entidades nosológicas principales:

ANOREXIA NERVIOSA: se trata de un TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA en el que la persona tiene, como consecuencia la apreciación negativa de su imagen corporal y un miedo intenso a ganar peso. La persona que sufre ANOREXIA NERVIOSA realizan restricciones en su alimentación y tienen como objetivo perder peso. Conforme se adentra en esta situación, la disminución de peso no genera el alivio deseado en la persona con ANOREXIA NERVIOSA y suele traer consigo un mayor miedo, lo que perpetúa el trastorno de conducta alimentaria, llegando el paciente a presentar un estado nutricional por debajo de lo esperado para un estado de salud óptimo. Durante su evolución, pueden presentar atracones y conductas compensatorias, y la presencia de complicaciones orgánicas son la norma.

BULIMIA NERVIOSA: Las personas que la padecen BULIMIA NERVIOSA presentan síntomas como ansia compulsiva y dificultad de autocontrol con respecto a la ingesta de comida. Por norma, las personas con BULIMIA NERVIOSA realizan de forma recurrente atracones y asocian conductas compensatorias inapropiadas para mitigar el aumento de peso. Estas conductas pueden consistir en vómitos autoprovocados, empleo de enemas, diuréticos o laxantes, ejercicio físico excesivo, etc.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA

El diagnóstico de la ANOREXIA NERVIOSA o la BULIMIA NERVIOSA dependerá de las características predominantes en la persona y debe hacerse de una forma minuciosa, teniendo en cuenta no solo la conducta y los criterios diagnósticos, sino también los antecedentes, factores sociales y estado mental de la persona. No obstante durante el período de enfermedad, la situación puede modificarse de uno a otro diagnostico.

Ambas enfermedades acarrean complicaciones a nivel físico que pueden llegar a ser graves. La restricción del número de calorías ingeridas asociará una disminución en el peso corporal esperable para la edad, sexo y desarrollo de la persona. Como consecuencia de la desnutrición general:

  • Se reduce la densidad ósea, en ocasiones de forma irreversible, aumentando el riesgo de fracturas.
  • Aparecen alteraciones en el ciclo menstrual llegando incluso a amenorrea, es decir, la desaparición temporal de la menstruación.
  • Se produce desnutrición a nivel cerebral, apareciendo síntomas depresivos tales como aislamiento social, apatía, pérdida de intereses y alteraciones del sueño.
  • La pérdida de ácidos estomacales producida por los vómitos disminuye la cantidad de iones en nuestro organismo (como el potasio, sodio y cloro), que podría derivar en graves consecuencias físicas como arritmia cardíaca o edema cerebral, pérdida del esmalte dentario y daños esofágicos.
  • El uso abusivo de laxantes, enemas y diuréticos produce deshidratación y acidosis metabólica así como daño en el sistema renal y digestivo.
  • El ejercicio físico intenso impide la recuperación del peso corporal y trae consigo lesiones musculares asociadas, influidas también por el mal funcionamiento de los mecanismos de reparación celulares.

Dadas estas complicaciones es imprescindible realizar estudios complementarios y una supervisión orgánica para asegurar el estado de salud del paciente. Así es recomendable realizar analíticas sanguíneas, electrocardiogramas y densitometrías de forma periódica, pudiendo ser necesarias otras pruebas según la clínica lo demande.

Por parte del Psiquiatra la actuación frente a estas patologías incluirá el seguimiento estrecho y apoyo psicológico al paciente, el abordaje farmacológico de los síntomas depresivos, ansiosos u obsesivos asociados, asñi labores de coordinación entre los diversos profesionales, ya que el abordaje debe ser multidisciplinar.

Se requiere un buen equipo de profesionales para que en conjunto den sostén integral a la persona, siendo indispensable la psicoterapia y el consejo nutricional. También cabe destacar la posible necesidad de ingreso hospitalario, cuando las complicaciones físicas o psiquiátricas derivadas de la enfermedad pongan en riesgo la salud de la persona.

Abrir chat
Hola ¿En qué te podemos ayudar?
Whatsapp Ivane Salud
Hola 👋
¿En qué te podemos ayudar?