El tratamiento actual de los pacientes con trastorno mental se enfoca cada vez mas en intervenciones terapéuticas centradas en un abordaje integral apostando por la recuperación funcional y la calidad de vida.
Desde hace años existen una serie de fármacos antipsicóticos de nueva generación de formulación inyectable de larga duración (ILDs) que aportan una serie de ventajas a la hora de tratar a nivel farmacológico este tipo de patologías.
Actualmente los antipsicóticos ILDs, son medicamentos que se liberan de forma progresiva en el organismo, de forma que actúan durante semanas o meses, no solo horas como sucede con los medicamentos orales. Aunque existen desde hace ya décadas, lo cierto es que los antipsicóticos actuales poco tienen que ver con los iniciales, los cuales únicamente se empleaban para tratar a personas diagnosticadas de esquizofrenia que se negaban a tomar el tratamiento oral y presentaban un curso complicado y grave.
Dentro de los fármacos antipsicóticos de nueva generación ILDs de uso habitual en la práctica clínica encontramos: ILDs quincenales (risperidona); ILDs mensuales (aripiprazol y paliperidona) e ILDs trimestrales (formulación inyectable de larga duración trimestral de paliperidona).
Las ventajas de aplicar este tipo de terapia biológica, cuando está indicada y supervisada por profesionales especializados en salud mental son las siguientes:
- Ayuda a la prevención de recaídas, asegurando una adecuada cumplimentación y posibles olvidos voluntarios o involuntarios. Al conseguir una dosis continua del fármaco en sangre favorece un menor número de recaídas mejorando el pronóstico de la enfermedad.
- Favorecen y facilitan la posología, algunos pacientes prefieren la administración mensual o trimestral del fármaco y despreocuparse de la toma diaria del tratamiento.
- Disminuyen la tasa de ingresos.Según algunos estudios, estos medicamentos alargan el periodo entre crisis, reducen el número de ingresos y cuando estos son necesarios, se existe una disminución en la frecuencia de los mismos, las estancias son más breves y la sintomatología que justifica el ingreso es mucho más atenuada y manejable, siendo los episodios de agitación o la presencia de alteraciones comportamentales más manejables y menos disruptiva.
- Previenen las resistencias al tratamiento.En ocasiones tras abandonar el tratamiento, si vuelve a tomarlo de nuevo parece que haya perdido parte de su eficiencia terapéutica (resistencia farmacológica). Al utilizar un tratamiento inyectable suele disminuir este efecto ya que la tasa de abandono suele ser menor que con los tratamiento orales.
- Mejoran el pronóstico y la evolución.Si reducimos las recaídas, las resistencias, las tasas de abandono y los ingresos hospitalarios, mejoramos el bienestar y funcionalidad del paciente repercutiendo en el ámbito social, familiar, laboral o académico.
- Tienen pocos efectos secundarios.Los nuevos ILDs, a diferencia de los clásicos, provocan menores efectos secundarios y son mejor tolerados por las personas que los usan. La explicación de este efecto tiene que ver con que los ILDs están diseñados para liberar la molécula farmacólogica de forma controlada y estable con lo que se evitan picos y valles plasmáticos que podrían desencadenar la presencia de secundarios o ineficacia, respectivamente.
Uno de los debates siempre presentes en el uso de los ILDs es elegir a partir de qué momento evolutivo dentro del curso de la esquizofrenia es pertinente utilizar estos fármacos. Habría que plantearse en si están enfocados en personas con esquizofrenia o psicosis crónicas con un deterioro establecido o en cuando llegan a una fase residual, o si acaso es apropiado e incluso beneficioso abordar los casos desde las fases más iniciales, como lo sería en los casos de personas jóvenes que debutan con un primer episodio psicótico.
Nuestra experiencia nos muestra que sin duda habrá pacientes que lo encuentran coercitivo o estigmatizante, o simplemente no deseen una modalidad inyectable, mientras que habrá otros pacientes que lo encuentren preferible al tratamiento antipsicótico oral por comodidad y por valorar toda una serie de ventajas que pueda haberles expuesto el clínico.
El hecho de que tradicionalmente los psiquiatras hayan centrado su prescripción de los ILDs en aquellos pacientes con un curso evolutivo crónico, con historia de pobre tolerancia oral y recaídas, o pacientes con gran alteración conductual y agresividad no es un hecho menor. Cabe preguntarse si de algún modo este perfil de prescripción no está de hecho favoreciendo una visión negativa y estigmatizante del uso de ILDs.
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Supongamos que el contexto fuera diferente, y que las pautas de prescripción habituales fueran focalizar el uso de ILDs en pacientes jóvenes, con una enorme funcionalidad potencial a conservar, con el objetivo de mantener a estos pacientes libres de recaídas, hospitalizaciones, y dentro de un plan terapéutico individualizado global que persiga la normalidad en el funcionamiento psicosocial. En esta situación hipotética, quizá alguna de las creencias o estereotipos asociados a los ILDs no tuviera tanto respaldo, y se habría generado un clima favorable que no actuaría de barrera para que un nuevo paciente, en caso de que se decidiera claramente la indicación de un ILDs, lo rechazara en base a estos prejuicios.
Tras un primer episodio psicótico, el 60% de las personas llegan a dejar de tomar el tratamiento y no vuelven a acudir al psiquiatra. Además se sabe que hasta el 90% de ellos recaerán en menos de dos años. El cumplimiento terapéutico es uno de los factores más influyentes sobre el pronóstico y es básico para minimizar recaídas. Estas, a su vez, son el factor que mas aumenta el riesgo de cronificación, además de alejar a la persona de la realidad y de sus deseos de llevar una vida lo mas funcional posible. Por suerte, los nuevos LAIs nos están ayudando a mejorar el curso de la enfermedad y nos permiten pensar que la enfermedad pueda llegar a estar bajo control.
Dr. Miguel Ángel Harto. Psiquiatra de IVANE SALUD.
Dr. Augusto Zafra. Psiquiatra. Director de IVANE SALUD.
Unidad de Salud Mental y Psiquiatría Hospitalaria en Hospital Vithas Valencia al Mar.
Clínica de Desintoxicación y Patología Dual en Hospital Vithas Aguas Vivas.