Estrés laboral tras la pandemia

Estrés laboral tras la pandemia

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El estrés laboral es la relación que puede tener una persona ante exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus conocimientos y a sus capacidades y que ponen a prueba su capacidad para afrontar la situación, generando unas consecuencias en ella.

LA DEFINICIÓN DE ESTRÉS

El término estrés proviene de la física y se refiere a la fuerza que se aplica a un objeto para deformarlo o romperlo. Recordemos que el estrés ayudaba a nuestros antepasados a sobrevivir cuando tenían que cazar grandes animales salvajes para poder sobrevivir. Sus sentidos les avisaban del peligro inminente. En respuesta a ello, el cerebro ordenaba al cuerpo que debía prepararse para la lucha o la huida, para hacer frente a la amenaza aumentando su frecuencia cardiaca y su capacidad pulmonar.

En la actualidad no necesitamos estas reacciones arcaicas de estrés, pero están determinadas genéticamente, razón por la cual sumado a las exposiciones modernas –a largo plazo, generalmente– laborales y ambientales haya llegado a constituir una amenaza para nuestra salud física y mental.

Anteriormente, el estrés se definía como una reacción “extrema” del organismo ante estímulos negativos externos que se producía de forma similar en cualquier persona; sin embargo, estudios posteriores introdujeron un aspecto importante en la explicación de la fisiología del estrés y es la forma en que cada persona evalúa una situación como “estresante” o de “alarma”.

En este sentido, podemos definir el estrés como el desequilibrio que percibe una persona entre una exigencia o un reto y la capacidad de respuesta (del individuo) bajo condiciones en las que el fracaso ante esa demanda posee importantes consecuencias (percibidas) para el individuo.

LOS 6 FACTORES ESTRESANTES MÁS COMUNES

  1. Relacionadas a las funciones realizadas: un gran nivel de exigencia; dificultades vinculadas a la función que debe cumplir el trabajador (monotonía, falta de autonomía, tareas repetitivas, división de las funciones); y riesgos inherentes a la ejecución de la labor.
  2. Relacionados a la organización del trabajo: falta de control en la planificación interna tareas en la empresa; imprecisión de los objetivos marcados externamente; necesidad de un número mayor de trabajadores; inestabilidad de los contratos laborales; asignación de tareas monótonas; y una mala organización del trabajo.
  3. Relacionados con las relaciones laborales: poca colaboración por parte de los jefes inmediatos o los compañeros de trabajo; gerencia poco participativa, autoritaria o deficiente; no reconocimiento del desempeño de los trabajadores; una mala relación entre colegas o entre trabajadores y los jefes.
  4. Relacionados con el entorno físico y la tecnología: Pueden representar un factor de estrés el ruido, el calor, la humedad, el polvo o un ambiente de trabajo incómodo (falta de espacio o de iluminación) y condiciones poco higiénicas.
  5. Relacionadas con causas socioeconómicas: una empresa en condiciones económicas poco favorables; incertidumbre sobre el futuro de la empresa; una gran exigencia laboral o desproporcionada para cumplir los planes de la empresa a nivel nacional e internacional; sobrecarga de trabajo; presión por parte de los jefes superiores; objetivos económicos irreales por cumplir.
  6. Relacionadas con el desequilibrio entre la vida personal y la vida laboral: horarios que limitan la conciliación familiar o social (turno nocturno, guardias u horarios inesperados); vivir únicamente para trabajar; ausencia de descansos durante la jornada laboral; pensar en el trabajo todo el tiempo y no tener capacidad de desconectar; descuidar la vida privada.

CONSECUENCIAS DEL ESTRÉS LABORAL

El estrés afecta de forma diferente a cada persona y tiene graves consecuencias tanto para el afectado como para la organización en que trabaja.

El estrés laboral puede dar lugar a comportamientos disfuncionales y no habituales en el trabajo, y contribuir a la mala salud física y mental del individuo. En casos graves el estrés prolongado o los acontecimientos laborales traumáticos pueden originar problemas psicológicos y propiciar trastornos psiquiátricos graves.

CONSECUENCIAS DEL ESTRÉS LABORAL PARA LA ORGANIZACIÓN O LA EMPRESA

  • Aumento del absentismo (ausentarse con frecuencia del sitio de trabajo).
  • Presentismo no eficiente (cumplimiento de la jornada laboral sin un desarrollo elabora eficiente).
  • Menor dedicación al trabajo.
  • Aumento de la rotación del personal.
  • Deterioro del rendimiento y de la productividad.
  • Aumento de las prácticas laborales poco seguras y de las tasas de accidentes.
  • Aumento de las quejas de usuarios e insatisfacción por parte de los clientes.
  • Aumento de los problemas legales ante las demandas presentadas por empleados o personal retirado o trabajadores que sufren de estrés.
  • Deterioro de la imagen de la empresa tanto por parte de sus empleados como ante los clientes o usuarios.
  • Interferencias o conflictos en las relaciones interpersonales.
  • Resistencia al cambio y a la mejora.
  • Resistencia por parte de los empleados a seguir normas o acatar órdenes.

SÍNTOMAS DEL ESTRÉS LABORAL

Cada persona reacciona de forma distinta ante una misma situación que puede ser causa de estrés (exposición en público, cambio laboral etc.), dependiendo de factores individuales como tipo de personalidad o la autoestima, así como de factores contextuales o ambientales como es el apoyo social tanto en el entorno laboral o el entorno familiar.

Las consecuencias del estrés sobre el organismo son de pueden ser físicos, psicológicos y conductuales, y su gravedad está determinada por la intensidad del esfuerzo, consciente y no consciente, así como su prolongación en el tiempo.

SÍNTOMAS FÍSICOS:

  • Trastornos cardiovasculares: hipertensión, palpitaciones, arritmias, etc.
  • Trastornos respiratorios: hiperventilación (respiración rápida, acelerada y superficial que provoca sensación de mareo), respiración fatigada, etc.
  • Trastornos inmunológicos: mayor número de resfriados, gripes y riesgo de desarrollar enfermedades.
  • Trastornos gastrointestinales: náuseas, vómitos, digestiones pesadas, perdida de apetito, colon irritable, reflujo gastroesofágico, estreñimiento, etc.
  • Trastornos dermatológicos: aparición de acné, sarpullidos, herpes, etc.
  • Trastornos musculares: tensión excesiva, temblores y contracturas, “bruxismo” (presión involuntaria y nocturna de la mandíbula superior e inferior con deriva en sobrecarga de las articulaciones temporomandibulares y en el desgaste de la dentadura), etc.
  • Trastornos sexuales: disminución del apetito sexual, pérdida de líbido, etc.
  • Trastornos del sueño: insomnio, despertar precoz, problemas de conciliación del sueño, sueó superficial o fragmantado, onirismos, sueños muy vividos, etc.
  • Trastornos somáticos: dolor de cabeza y migrañas. Dolor de espalda, de cervicales o de lumbaes. Dolor menstrual. Contracturas musculares, etc.

SÍNTOMAS PSICOLÓGICOS:

  • Aumento del nerviosismo y la ansiedad.
  • Irritabilidad e irascibilidad. Ánimo disfórico y “correa corata” ante mínimas exigencias.
  • Presencia de pensamientos negativos y recurrentes (por ejemplo “No seré capaz de hacerlo”) referentes a cómo se ve uno mismo y al entrono de que le rodea.
  • Falta de motivación y apatía.
  • Dificultades de concentración y pérdida de los procesos atencionales.
  • Sentimiento de “indefensión aprendida”: sensación de que no se controla la realidad y no está en nuestras manos reaccionar frente a ello. Impotencia.

SÍNTOMAS CONDUCTUALES:

  •  Mayor número de conductas impulsivas: por ejemplo, conducir el vehículo con exceso de velocidad para llegar antes al trabajo, lo que aumenta la posibilidad de accidentes.
  • Escape de la situación estresante: por ejemplo no presentarse a un examen de admisión.
  • Muestras sociales de hostilidad: enemistades, agresividad verbal y enfados desproporcionados. Por ejemplo, agresividad verbal contra otros conductores.
  • Aumento del consumo de estimulantes o de sustancias tranquilizantes (café, tabaco, alcohol) para realizar dicha actividad o intentar huir de ella. El individuo busca el efecto semáforo en sustancias exógenas, sustancias estimulantes para activarse como la cafeína, la cocaína o las anfetaminas (semáforo en verde) o sustancias tranquilizadoras (infusiones, tranquilizantes, opioides o benzodiazepinas (semáforo en rojo).
  • Aumento o disminución de ingesta de alimentos. Alimentación poco equilibrada y desordenada.
  • Disminución del tiempo de ocio, vida social y vida íntima.
  • Disminución del rendimiento en las tareas a realizar, por agotamiento o por un estado de activación excesivo (nerviosismo).

¿SE PUEDE PREVENIR Y TRATAR EL ESTRÉS LABORAL?

El primer paso en la gestión del estrés laboral es la evaluación del riesgo del mismo dentro de la organización, haciendo un abordaje desde todas las partes implicadas y evitar tomar una actitud pasiva o intentar ignorar el tema con la esperanza de que con el tiempo mejore por sí solo.

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Aunque la exigencia y la tensión en la vida y en el trabajo pueden favorecer la aparición de estados creativos y superación de límites, si ésta se torna excesiva o continúa trae efectos negativos tanto para el individuo, como para la organización.

El estrés laboral se puede y se debe prevenir pese a que los riesgos no siempre se pueden evitar. El mejor tratamiento es la prevención y siempre se debe actuar preventivamente sobre ellos antes de que se manifiesten. Una gestión eficaz del estrés laboral implica intervenciones a diferentes niveles: sobre la persona que lo sufre; sobre la organización en la que se desarrolla; y sobre la sociedad en la que se vive.

GESTIÓN DEL ESTRÉS LABORAL EN EL INDIVIDUO PERSONAL

Las siguientes recomendaciones ayudan a prevenir y gestionar el estrés laboral e nivel personal y se aplican no solo para el ámbito laboral sino en toda la dimensión del individuo:

  • Las personas tenemos la capacidad de seleccionar, ante un estímulo concreto, la conducta a desarrollar entre distintas opciones. Entre las opciones más importantes para afrontar el día a día, y consecuentemente el estrés laboral, está el cuidado de uno mismo.
  • Llevar una correcta alimentación, equilibrada y variada como base de un funcionamiento diario positivo.
  • Control del peso, de la tensión arterial y de otros parámetros biológicos como los lípidos y el colesterol.
  • Dormir y descansar lo necesario.
  • Practicar relajación y otras actividades gratificantes, hobbies y deportes, y evitar el sedentarismo se relacionan con una menor incidencia de estrés.
  • Disminuir o eliminar los hábitos tóxicos, como el consumo de tabaco y de alcohol, el abuso de estimulantes y otras sustancias psicoactivas.
  • Encontrar un sentido a lo que se hace en el trabajo o en caso de no hallarlo puede ser necesario cambiar esta forma de vida que no conducirá a nada positivo.
  • Una vez terminada la jornada laboral es importante desconectarse, cambiar de actividad, no llevar tareas del trabajo a casa. Ocuparse de otros intereses y motivaciones religiosas y/o espirituales y compartir con familiares y amigos.
  • El sentido del humor es una herramienta clave en la prevención y el manejo del estrés laboral y de la vida en general.
  • Reorientar el pensamiento hacia formas abiertas, descriptivas de los hechos, sin prejuicios y sin asumir resultados que todavía no existen.
    Utilizar gradientes y colores supone evitar la dicotomía del bueno o malo, del blanco o negro.

La comunicación con los demás es una herramienta clave para evitar situaciones que pueden conducir al estrés. Manejar un estilo asertivo utilizando una expresión corporal relajada, mirada tranquila y directa y volumen de voz adecuado. Es una herramienta útil cuando se requiera para defender los derechos propios, realizar peticiones, agradecer, expresar emociones y decir no adecuadamente.

Correcta gestión personal del tiempo, organizar los espacios personales, la agenda, el tiempo y no dejar las cosas para última hora.

GESTIÓN DEL ESTRÉS LABORAL EN LA ORGANIZACIÓN

Estas son algunas de las medidas preventivas que deberían ser instauradas en una organización como parte de la gestión del estrés laboral:

  • Selección adecuada de los trabajadores de acuerdo con sus características y las del puesto de trabajo.
  • Las funciones de cada puesto de trabajo están claramente definidas y la monitorización de la total comprensión por parte del trabajador sobre lo que debe hacer y cuáles son sus límites.
  • Conocer el organigrama de la organización, derechos, obligaciones y manual de procedimientos.
  • Diseño adecuado de los puestos de trabajo para facilitar al trabajador desempeñar su trabajo.
  • Promover el desarrollo personal y profesional de los trabajadores.
  • Accesibilidad, flexibilidad de las personas jerárquicamente superiores que facilite la resolución del conflicto.
  • Promover la socialización de los miembros de la empresa.
  • Practicar el respeto personal de esta forma, se deben evitar conductas irrespetuosas, hirientes o excluyentes.
  • Compartir valores institucionales.
  • Cuidar el medio físico de trabajo.
  • Instaurar y dar a conocer el plan de prevención del estrés.

GESTIÓN DEL ESTRÉS LABORAL A NIVEL SOCIAL

  • Defender los derechos de los trabajadores.
  • Favorecer el clima creador de empleo.
  • Practicar la empatía social.

Una vez identificada la presencia de estrés laboral dentro de la organización, la gestión del estrés laboral debe instaurar distintas acciones como son:

  • Disminuir los excesos y sobrecargas laborales, especialmente cuando recaen sobre unos más que otros.
  • Reorganizar las tareas de forma que se facilite la toma de decisiones y la creatividad de los trabajadores.
  • Cuidado del medio de trabajo, especialmente en lo que atañe a condiciones ambientales, ergonómicas y de seguridad.
  • Dotar al trabajador de herramientas eficaces para la gestión del estrés laboral. Además fomentar buenos hábitos y las estrategias generales
  • Aprender a detectar cuándo la demanda se vuelve excesiva y puede favorecer la aparición de un estrés laboral.
  • Estrategias de gestión del tiempo.
  • Saber delegar y aceptar el reparto de funciones.
  • Agrupar las tareas por herramientas necesarias nos permite ahorrar tiempo.
  • Priorizar las tareas, así como establecer unos objetivos realistas y alcanzables.
  • Fomentar y aplicar técnicas de relajación para disminuir la vivencia de estrés y sus efectos nocivos.
  • Tiempos de pausas activas obligatorias para todo el personal.

¿Padeces de estrés laboral?

Si crees estar afrontando síntomas compatibles con estrés laboral o sientes que se ha superado tu capacidad para el manejo de situaciones de tensión en el trabajo, recuerda pedir ayuda con un especialista en en salud mental para que te asesore y evalúe sobre el riesgo de estar padeciendo síntomas derivados de la vivencia de un estrés laboral.
Informa a tu organización sobre lo que consideras de los factores que pueden estar mediatizando en la aparición de este malestar y realiza los cambios que consideres necesarios para atenuar su impacto.

Si no se evidencia apoyo o posibilidades que desde su organización laboral pueden ayudar a una mejora de los factores que pueden estar mediando en ese riesgo pide ayuda del profesional para reforzar tus habilidades individuales, mejorar tu capacidad de afrontamiento y aprender técnicas para gestión de la mejora del estrés laboral y personal.

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