Las “escamas de sapo”, como es conocida popularmente, se ha colado en las fiestas privadas de Ibiza y otras zonas turísticas amparada por supuestas ceremonias y rituales que ofrecen experiencias místicas a través de su consumo. De hecho, sus usuarios defienden que es una medicina, y no una droga, y algunos de ellos afirman haberla usado hasta para desengancharse de otras adicciones.
La bufotinina, una sustancia alucinógena extraída de las glándulas de un sapo que habita la zona entre México y Estados Unidos, ha empezado a ser comercializada en nuestro país asociada a medicinas alternativas y rituales chamánicos de importación.
El ámbito médico, sin embargo, no es tan optimista en su consideración de esta sustancia. El doctor Ángel González, preguntado por el periódico El Confidencial al respecto de la DMT, alerta de que cuando solo se ingieren pequeñas «tomas» de poca cantidad, «el estado de ansiedad que genera es un gran peligro para la salud”. Además, “una elevada producción de DMT se ha relacionado con trastornos como el autismo o la esquizofrenia», insiste el médico.
La DMT o escamas de sapo se encuentra en una bebida utilizada por los pueblos indígenas amazónicos elaborada a partir de la combinación de varias plantas con el objetivo de alcanzar diferentes grados de conciencia en determinados rituales o ceremonias. Es una droga que va más allá de ser un ‘alucinógeno’. Entre los efectos que se han documentado están los gritos, las alucinaciones, ansiedad, psicosis, autismo… reacciones diferentes en cada persona.
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Sus efectos duran entre 5 y 30 minutos y se caracterizan por una gran intensidad subjetiva, así como fuertes y elaboradísimas alucinaciones, comunicaciones no verbales con «seres desconocidos», «maquinaria y ciudades futuristas», «viajes a otras realidades y planos», «expansión mental», etc.
Sin embargo, la Agencia Antidroga de los Estados Unidos (la DEA) ya ha clasificado este alucinógeno como sustancia controlada tipo 1 (las más peligrosas y penadas), al mismo nivel que el LSD o la heroína.
La popularidad de esta sustancia se ha visto favorecida por su aparición en series de moda como “Sense 8” (creada por las hermanas Wachowski), en la que protagonizan diversas escenas que representan el “renacer interior” de los personajes que la consumen.
El tratamiento relacionado con la DMT no sigue las mismas pautas que los tratamientos habituales para desintoxicarse, puesto que al tratarse de una sustancia de uso asociado a experiencias particulares todavía no se han registrado casos de adicción, aunque sí de problemas de salud por la propia toxicidad (problemas digestivos, vómitos, fiebres, etc.), así como trastornos mentales delirantes-alucinatorios que requieren un abordaje psiquiátrico y psicológico específico.