El alcoholismo, o el consumo excesivo de alcohol que conduce a una adicción, es una realidad que puede afectar a cualquier persona, independientemente de los factores predisponentes. En ciertas circunstancias, cualquier persona puede terminar convirtiéndose en adicto al alcohol. En lo respectivo al tratamiento del alcohol en la ficción, muchas películas y series muestran la vida de un alcohólico y sus repercusiones. Pero, ¿qué pasa cuando es el creador de los personajes quien lucha contra la adicción al alcohol?
Tratamiento del alcohol en la ficción: ¿el alcohol es una fuente de inspiración?
Muchos escritores, guionistas y directores han hablado públicamente sobre su lucha contra el alcoholismo y cómo esto ha afectado su profesión. Durante mucho tiempo se ha considerado que la literatura y el alcohol tienen una estrecha relación. De hecho, muchos de los grandes escritores también fueron grandes bebedores, lo que ha llevado a estigmatizar esta relación.
Sin embargo, este tratamiento del alcohol en la ficción, esta asociación entre el alcohol y la literatura también ha llevado a un falso mito que sugiere que la adicción al alcohol es un requisito previo para ser un buen escritor. Aunque algunos autores hayan sido bebedores empedernidos, esto no significa que el alcoholismo sea una fuente de inspiración o que sea necesario para crear obras literarias exitosas.
De hecho, la adicción al alcohol puede tener graves consecuencias en la salud física y mental, así como en las relaciones personales y profesionales del individuo. Además, el consumo excesivo de alcohol puede afectar negativamente la capacidad creativa del escritor y llevar a una disminución en la calidad de su trabajo.
Es importante reconocer que la adicción al alcohol es una enfermedad y que precisa buscar ayuda si se experimentan síntomas de dependencia. No hay nada de noble en la auto-destrucción a través del consumo excesivo de alcohol. La literatura no debería ser utilizada como una excusa para justificar un comportamiento peligroso o autodestructivo.
Consumo del alcohol
Es importante destacar que, aunque el alcohol pueda generar un estado de relajación y desinhibición, también puede tener efectos negativos en la salud física y mental del individuo, especialmente cuando se consume en exceso y se vuelve una adicción.
Entre los efectos negativos del consumo de alcohol se incluyen:
- Daños en el hígado, corazón y cerebro: el consumo excesivo y prolongado de alcohol puede causar daños en los órganos vitales del cuerpo, como el hígado, el corazón y el cerebro. Estos daños pueden ser irreversibles y poner en peligro la vida del individuo.
- Problemas psicológicos: el alcoholismo puede tener un impacto negativo en la salud mental del individuo, causando ansiedad, depresión y otros problemas psicológicos.
- Problemas sociales: el consumo excesivo de alcohol puede llevar a problemas sociales, como el aislamiento social, la pérdida de amigos y familiares, y la falta de capacidad para mantener relaciones personales y profesionales saludables. Y más específicamente podemos encontrarnos con que:
- Falsa seguridad: El individuo al consumir alcohol comienza a sentir una confianza y una seguridad en sí mismo, sin embargo, esta es conocida como una “Falsa seguridad”.
- El consumidor tiende a desvalorizar o infravalorar los efectos reales del alcohol generando esto un mayor consumo de dicha sustancia y por ende una pérdida de la consciencia humana.
- Tiende a disminuir en el consumidor el sentido de prudencia y responsabilidad, donde el individuo puede incluso pasar por falta de respeto hacia otras personas, compañeros colegas amigos e incluso familiares.
- Genera una alteración de las funciones de percepción, es decir, afecta la vista y la percepción de luces y señales, el cálculo de velocidad y reduce el campo visual.
Trastorno por consumo de alcohol
Es importante destacar que el trastorno por consumo de alcohol es una condición médica que puede ser diagnosticada y tratada por profesionales de la salud mental. Los síntomas de este trastorno pueden variar desde leves hasta graves y pueden tener un impacto negativo en la vida del individuo y de quienes lo rodean.
Los síntomas del trastorno por consumo de alcohol pueden incluir:
- Consumo de alcohol en cantidades mayores o durante un período de tiempo más prolongado de lo que se pretendía.
- Deseo persistente de consumir alcohol o intentos fallidos de reducir o controlar el consumo.
- Tiempo dedicado a obtener alcohol, consumirlo o recuperarse de sus efectos.
- Reducción de actividades sociales, laborales o recreativas debido al consumo de alcohol.
- Consumo de alcohol en situaciones peligrosas o inapropiadas, como conducir bajo los efectos del alcohol.
- Continuar consumiendo alcohol a pesar de los problemas físicos o psicológicos que causa.
El tratamiento del alcoh0l en la ficción
Por todos es conocido la estrecha relación que ha existido desde siempre entre el arte y el alcohol, y la literatura no se ha escapado de este estigma.
Solemos tomar como habitual y sin escandalizarnos que gran parte de los autores ligaran su vida literaria con el alcohol, convirtiendo en habitual el tratamiento del alcohol en la ficción como algo positivo. Y, sin ahondar en planteamientos psicológicos ni sociales de cada autor, sería interesante valorar a nivel más general qué le sucede a nuestra creatividad en algunos momentos del camino y qué resulta de ella cuando dicho elixir entra en contacto con nuestro organismo.
Uno de los elementos que bloquea la escritura fluida y el derroche de ingenio es sin duda el afán de perfeccionismo del creador. Esta rémora, provoca que cada palabra, cada idea, se plasme con la voluntad de encontrar la perfecta expresión que conduzca a otra nueva escena para proseguir hasta la creación de una ilustre historia.
Igual que la construcción de una casa con cada uno de sus ladrillos, todo escritor tiene el deseo de solidificar con cada una de sus palabras las futuras paredes que definirán la base de una magistral novela, relato o cuento.
Alcohol en la ficción: La relación entre el escritor y el consumo de alcohol
Para subvertir este bloqueo algunos autores, como W. Faulkner o Bukowski, utilizaban el alcohol como un estimulante con el que rescatar de la profundidad intelectual la genialidad literaria. En cambio otros, como Edgar Allan Poe, lo explotaban como analgésico frente a sus angustias y congojas.
Pero todos, embriagados frente a la hoja en blanco, escondían el mismo propósito: conectar con la musa de la retórica con la que retratar los anhelos, miedos y quimeras personales.
Una sombría relación entre el escritor y el alcohol que viene condicionada por una suma de hechos significativos para el creador que acompañan su narrativa a lo largo del inescrutable devenir de la vida y de su propia existencia interior.
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¿El alcohol potencia la creatividad?
Son muchos los que han hablado abiertamente de su alcoholismo y su relación con otras drogas y lo que gracias a este aliciente han conseguido.
Con orgullo, o arrogancia –según se mire–, Truman Capote afirmaba: «soy alcohólico, drogadicto, homosexual y un genio». En la misma línea, Faulkner también sentía dicha ascensión al edén de la erudición gracias a la bebida: «Cuando tomo el primer Martini yo me siento más grande, más sabio. Cuando bebo el segundo Martini yo me siento superlativo y cuando bebo otro más no hay quien pueda pararme».
En todo mito existe una parte de verdad, y es que algunos estudios están de acuerdo en que estar bajo los efectos de la embriaguez no exactamente potencia la creatividad, sino que, lo que realmente hace el alcohol es bajar las barreras y desinhibir. El alcohol en realidad no potencia la creatividad, simplemente deja salir una creatividad que ya existe, porque baja las barreras de la represión».
El alcohol en la ficción: Reflexiones de autores sobre el alcohol
En lo relativo al tratamiento del alcohol en la ficción, muchos literarios, tanto antiguos, como actuales, terminaron por darse cuenta propia que mientras que bajo los efectos del alcohol encontraban el “Camino a la creatividad”, también descubrieron que no era la solución al problema.
Es decir, la creatividad estaba ahí, y los efectos del alcohol no era la solución, por el contrario, notaron que a menudo interfería y terminaba en aspectos negativos para las creaciones.
El prolífico novelista Stephen King sucumbió a la bebida –entre otras sustancias– y después de un duro proceso de rehabilitación, reconoció que:
«Las afirmaciones de que la droga y el alcohol son necesarios para atenuar un exceso de sensibilidad no pasan de ser la típica chorrada para justificarse. […] Al final de mis aventuras bebía cada noche una caja de latas de medio litro, y tengo una novela, Cujo, que apenas recuerdo haber escrito. No lo digo con orgullo ni con vergüenza; sólo con la vaga sensación de haber perdido algo. […] Me sentía desahuciado de mi propia vida».
Terapia para el alcoholismo
La terapia para el alcoholismo implica diferentes técnicas psicoterapéuticas, como la psicoterapia de grupo e individual, la gratificación y sanción, la inducción recíproca, el modelaje, el moldeamiento y los recursos aversivos.
También se utilizan técnicas como la psicoterapia racional, los ejercicios de relajación, las técnicas de visualización y autocontrol, la terapia de actitudes y la hipnosis.
El apoyo, la orientación, la exhortación, la guía de acción y la biblioterapia también son recursos valiosos en la terapia para el alcoholismo. Se debe explorar el significado de ser un alcohólico y destacar que, si bien el alcohol puede mejorar el rendimiento mental en algunas actividades, también lo inhibe en otras, lo que lo convierte en una sustancia contraproducente para realizar otras tareas.
El alcohol altera la capacidad de concentración y el sentido de la equivocación.
Podemos concluir destacando que el uso del alcohol como estimulante creativo es un mito peligroso. Aunque algunas personas puedan sentir que el alcohol les ayuda a desinhibirse y a fluir con sus ideas, los efectos negativos del consumo de alcohol en la salud y el bienestar general son mucho mayores.
Además, el consumo de alcohol puede conducir a una serie de problemas mentales e interferir en la capacidad para crear un trabajo de calidad. En lugar de depender del alcohol como una herramienta para la creatividad, es importante buscar formas más saludables y sostenibles de fomentar la inspiración y la motivación.
Esto puede incluir prácticas como la meditación, el ejercicio físico regular, la conexión con la naturaleza y la exploración de nuevas experiencias y perspectivas. Al adoptar un enfoque más equilibrado y consciente hacia la creatividad, se puede liberar de la necesidad de depender del alcohol y construir una práctica creativa más saludable y sostenible.
Por otro lado, destacar que la terapia más adecuada dependerá del paciente y sus necesidades específicas, y que el objetivo principal de la terapia es ayudar al paciente a rechazar el consumo de alcohol y a mejorar su calidad de vida.