¿Cómo afrontar las rebajas siendo comprador compulsivo? - Ivane Salud Blog

¿Cómo afrontar las rebajas siendo comprador compulsivo?

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El próximo 15 de marzo se celebra el Día Mundial de los Derechos del Consumidor, que promueve la difusión de los derechos fundamentales que asisten a los consumidores de todo el mundo, exigiendo su protección y respeto frente a los abusos de los mercados. Con motivo de la celebración de este día vamos a analizar un tipo de adicción que afecta a un porcentaje de la población, la de ser comprador compulsivo.

La adicción a las compras o también conocido como Oniomanía o “Shoppingmanía”, es una condición que se caracteriza por la necesidad irrefrenable de comprar. Alrededor del 3 al 8% de la población mundial padece esta adicción. Está muy en relación con el concepto de trastorno por compras compulsivas y, aunque clínicamente pueden existir ciertas diferencias, en la práctica y uso cotidiano, los términos se emplean indistintamente.

Los llamados “oniomaníacos” obtienen un placer que es relativamente momentáneo. Debido a que centran su necesidad en el consumo netamente material, se vuelven personas con tendencia a la acumulación.

Tienden a realizar compras impulsivas, repetidas y superfluas, obteniendo un placer momentáneo que viene seguido de arrepentimiento y de sentimiento de culpa por el descontrol y por el gasto de dinero añadido.

Datos sobre la adicción a las compras

Los estudios con muestras de la población general arrojan porcentajes variables pero que van desde el 8% al 16% de personas con problemas de compras incontroladas o excesivas. Mientras que los estudios clínicos dan cifras más conservadoras de entre el 2% y 5%. De acuerdo con el “Estudio Europeo sobre Problemas Psicológicos y Sociales relacionados con la falta de autocontrol en la compra y el gasto, la adicción al consumo y el sobreendeudamiento”, el 3% de los adultos y el 8% de los jóvenes tienen un nivel de adicción a la compra que puede considerarse patológico. El grupo principal abarca desde los 18 a los 30, siendo las  mujeres el género con mayor predisposición a padecerlo.

En líneas generales, las mujeres que lo padecen tienen una orientación a realizar compras compulsivas de ropa, calzado y artículos de belleza y cuidado personal. Mientras que los hombres son más proclives a comprar compulsivamente equipos electrónicos, de tecnología, juegos o incluso vehículos.

Diversos estudios reflejan que la mayoría de las personas no hacen compras planificadas, sino que estas son realizadas de manera impulsiva, orientadas por el fenómeno social de consumismo y la publicidad o el marketing.

Sin embargo, no se considera que comprar en alguna que otra rebaja esté mal, pero sí hay que tener cierto cuidado cuando las cosas parecen salirse de control. Especialmente si la acción viene ligada a un sentimiento de vacío o algún desorden emocional.

Síndrome del comprador compulsivo

Se conocen distintos tipos de manifestaciones conductuales relacionadas con el descontrol con las compras. Dependiendo de cual de ellas se de y con qué intensidad, se puede determinar qué tipo de trastorno existe y orientar hacia una determinada gravedad. Elementos relevantes son:

  • Atracción por los estímulos de consumo, que se relaciona con utilizar la compra como forma de ocio de forma intensiva y casi exclusiva. Que puede derivar en una actividad obsesiva y descontrolado y en una adicción.
  • Está también el concepto de falta de autocontrol económico, donde existe una dificultad marcada para la autogestión del dinero, un mal control del gasto y de las posibilidades económicas.
  • La adicción a la compra y la compra compulsiva, que no siempre se dan juntas pero van muchas veces interrelacionadas. La falta de autocontrol y de regulación de impulsos siempre está presente.

En el caso del  síndrome de compra compulsiva, los individuos que tienen este tipo de alteración suelen presentar una preocupación excesiva que se relaciona con la necesidad de comprar y de gastar dinero en objetos o en cosas innecesarias. Aparece un deseo y un impulso que no puede reconducirse y solo se calma mediante la compra.

El síndrome genera en el individuo que lo padece problemas económicos que en muchas situaciones termina por convertirse en problemas de deudas.

El síndrome de comprador compulsivo no solo se limita a las personas que tienen la impulsividad de comprar cosas, sino también incluye a distintas personas que invierten y gastan tiempo yendo a centros comerciales, tiendas y planificando compras, incluso aunque no las realicen.

Criterios para identificar a un comprador compulsivo

Los criterios que se relacionan con el trastorno son:

  1. Presencia de impulsos excesivos y recurrentes por comprar, que producen importantes problemas personales y familiares.
  2. Impulsividad y repetición de la conducta de compra, pese a las consecuencias negativas que trae esta conducta para la persona.
  3. Necesidad urgente e irreprimible de comprar.
  4. Intentos fracasados de controlar gastos.
  5. La existencia de consecuencias negativas tangibles de comprar excesivamente, como agotamiento marcado, deterioro social o laboral, y problemas financieros o familiares.

Se ha visto que el trastorno se encuentra estrechamente relacionado con sentimientos de vacío, obsesion por apariencia física, baja autoestima, y la necesidad de llenar las faltas emocionales presentes en los individuos que padecen dicho trastorno.

En el mismo sentido, los diferentes estudios realizados indican que los adictos a las compras tienen alterados los sistemas de neurotransmisión, específicamente los de tipo serotoninérgico, dopaminérgico y de opioides.

 ¿Qué esconden las compras compulsivas?

Una de las principales cosas que esconden realmente las compras compulsivas son los problemas personales, familiares o laborales que puedan estar presentándose en la vida del individuo.

En líneas generales, suele presentarse en personas con baja autoestima que buscan la aceptación social. Esto las orienta a seguir las modas y adquirir también algunos objetos de valor, con la finalidad de esconder su sentimiento de vacío, soledad e incluso de estrés.

Las compras compulsivas pueden esconder niveles bajos de estado de ánimo o estados depresivos, trastornos de ansiedad, así como también mucha frustración. Especialmente después de haber realizado una compra compulsiva y haber recapacitado sobre dicha acción.

Suele ocurrir que se desencadena una retroalimentación negativa o un círculo vicioso en la que el individuo realiza compras compulsivas para sentirse bien consigo mismo, debido a las situaciones personales por las que atraviesa.

Sin embargo, dicha acción le genera posteriormente más frustración y sentimiento de culpa. Se genera una sensación de “satisfacción inmediata pero breve”, y, posteriormente, “aparece el sentimiento de culpa, arrepentimiento y sensación de malestar por el gran gasto realizado, y por haber vuelto a perder el control del impulso”.

Se ha observado en este sentido que dichas personas tienen dificultades para identificar sus sentimientos y emociones. Así como diferenciar deseo y necesidad, siendo poco tolerantes a los estados negativos como soledad o frustración.

Otra de las cosas más importantes y a considerar sobre lo que se esconde detrás de las compras compulsivas, son las acciones desmedidas o aquellas acciones premeditadas sobre ocultar información, esconder las compras y especialmente actuar a escondidas. Lo cual trae serios problemas familiares y sociales.

A su vez, detrás de un comprador/a compulsiva también se pueden esconder otros trastornos psiquiátricos como los trastornos obsesivos compulsivos, trastornos de la alimentación y algunas adicciones a ciertas sustancias.

Signos de ser comprador compulsivo

El comprador compulsivo suele caracterizarse por una serie de comportamientos, emociones y sentimientos, relacionados con la frustración, la vergüenza, la baja autoestima y la irritabilidad entre otros. Algunos de ellos  son:

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  • Malestar emocional.
  • Endeudamiento, piden préstamos a familiares y amigos
  • Sobregiro de tarjetas de crédito.
  • Cambios de humor.
  • Falta del control de los impulsos.
  • Acumuladores de cosas innecesarias y que no usan.
  • Establece más tiempo en buscar ofertas en internet que al trabajo o los estudios.
  • Cuando le suceden cosas que no sabe cómo afrontar, salen a comprar.
  • Mienten u ocultan los gastos y las compras realizadas.
  • Tienen discusiones con quien les hace ver su problema.

Otros de los grandes signos que muestran las personas con el trastorno de compra compulsiva es una elevada satisfacción cuando hacen las compras. Posteriormente llega un bajón emocional.

Cuidado con las rebajas, si eres comprador compulsivo

Llegan las ofertas y el tan esperado Black Friday y esto solo supone un verdadero problema tanto para quien tiene un trastorno de comprador compulsivo, como para su familia y allegados.

Las rebajas no son un problema y no están mal. Las rebajas solo fomentan las compras compulsivas para quien tiene dicho trastorno. De manera que suponen un riesgo y un problema para el adicto o para quien es propenso a serlo.

Muchas son las fechas en las que se incrementan las ofertas. Un claro ejemplo de ello son las épocas navideñas, donde el consumismo es mucho mayor. Ya sea para adornos o arreglos del hogar, la compra de ropa para estrenar o alimentos y obsequios para regalar, son fechas donde claramente hay un mayor consumismo que puede tener efecto en un oniomaníaco.

Y no solo durante estas festividades, sino especialmente después, donde las ofertas son mayores y es más probable que un comprador impulsivo quiera adquirir artículos a muy bajos costos.

Un comprador compulsivo debe tener especial cuidado en los días en los que se presenten las ofertas, especialmente si está atravesando un proceso de abstinencia, ya que puede tener recaídas debido a la provocación o estimulación del momento.

Y no es solo eso, actualmente con el marketing digital y las campañas publicitarias digitales es mucho más sencillo que la información y las promociones o rebajas lleguen a más personas.

Estas campañas incitan en gran medida a aquellas personas que padecen del trastorno de comprador compulsivo a comprar cosas que creen que necesitan. Ya sea porque sea un artículo bonito, ingeniosos o innovador.  Estas personas solo se dejan llevar por la estimulación del momento.

Efectos que produce comprar en el cerebro

Por estudios realizados, sabemos que el efecto sobre el cerebro de comprar y más aún en rebajas es más que intercambiar productos. Es dedicar tiempo a comprar, es buscar mejores ofertas, imaginar los beneficios y una sensación de placer por la compra realizada. Cuando esto ocurre, a nivel cerebral se activa el sistema dopaminérgico, se produce un refuerzo, sensación placentera y esto hace que se repita la conducta. Cuando el cerebro descubre que la rebaja, el producto en cuanto a calidad/precio, influyen positivamente en cómo se siente el individuo, entonces se procede a realizar la compra, independientemente del producto que sea.

Las promociones en descuentos, generan mayor placer a nivel cerebral. Ya que la valoración que el cerebro realiza es más favorable y conduce al individuo a tener mayor probabilidad de adquirirlo. Y, por tanto, de repetir el mismo patrón en otra ocasión futura.

Existe una situación que marca una clara diferencia entre una persona con trastorno de compra compulsiva y una persona sin el trastorno.

Cuando el cerebro juzga un producto o servicio y no lo considera como adecuado, no está de acuerdo con la relación calidad/precio, con los beneficios, ni con el objeto o servicio en sí, se activan en el cerebro otras áreas, como la corteza pre-frontal, encargada de la toma de decisiones y análisis de riesgos y ganancias.

En una persona sin el trastorno esto sucede, es decir, si el producto o servicio no es aceptable, entonces la persona no lleva el producto. Sin embargo, esta situación no ocurre en una persona que presente el trastorno de compra compulsiva.

Fases por las que pasa un comprador compulsivo

Se considera que el trastorno de compra compulsiva o la persona con este trastorno atraviesa por unas 4 fases, las llamadas “Fases de la compra compulsiva”.

Anticipación

La Anticipación es la primera fase. Aquí surgen pensamientos y preocupaciones que van en torno a un objeto, un producto o incluso sobre la misma acción de solo comprar algo.

Preparación

Seguidamente viene la Preparación, que es cuando realmente comienzan la toma de decisiones respecto a dónde será el lugar de comprar, el pago o el costo del producto, así como los detalles de los mismos.

Compra

Una vez ha ocurrido esta fase, viene la siguiente fase: la Compra. Resulta en una experiencia placentera, gratificante e incluso excitante. Es, de hecho, la fase más esperada por el comprador compulsivo, incluso aunque no sepa que está viviendo en base a las fases del trastorno.

El comprador compulsivo espera ansiosamente el momento para finalmente poder hacer las compras.

Decepción

Sin embargo, imaginemos una gráfica de curvas, donde el placer obtenido durante la fase de la compra llega a su punto más alto, como quien diría, al clímax. Y posteriormente poco a poco comienza a descender la sensación agradable hasta llegar a la fase de la Decepción.

Durante esta fase, la sensación de decepción o el sentimiento de culpa se apodera del individuo que presenta el trastorno. Comienzan a surgir incomodidades sobre la realización de la compra, el monto gastado, los desperfectos del producto y la realidad de que fue innecesario.

Cuando esto ocurre, no solo llega hasta allí. Posterior a ello, aun durante esta fase, viene la sensación de rabia e ira. Y la idea de no volver a repetir la conducta. Sin embargo, esto no llega a cumplirse sin ayuda de otras personas cercanas y de profesionales.

¿Cómo dejar de comprar compulsivamente?

Si tú, un familiar o un conocido padece del trastorno de comprador compulsivo seguramente se ha cuestionado sobre cómo dejar de comprar de manera compulsiva o cómo ayudar a alguien a no hacerlo.

Consejos clave

  • Identificar si se está teniendo una conducta acumuladora o de compras compulsivas. O si simplemente tiene una mala gestión del dinero. Es importante ser consciente de qué se compra, cuándo y cómo se paga. En este sentido, se debe reconocer las situaciones o los momentos donde la emoción negativa promueve la conducta compensadora. El bajón emocional, la tristeza o la ansiedad generan una tensión que se compensa con la compra. Esto lleva a sentir una emoción positiva momentánea. De manera que hay que evitar realizar compras en estas situaciones
  • Realizar listas de compras. Orientar las compras guiadas por una lista donde solo haya artículos necesarios. De esta manera, no se evitarán las compras compulsivas.
  • Salir de compras acompañado por un familiar o conocido que ayude durante el proceso de cambio es uno de los consejos claves para evitar hacer compras compulsivas.
  • Por su parte, si necesitas hacer compras es preferible que antes de salir, elabores y tengas a mano un presupuesto concreto sobre la cantidad a gastar. Este consejo va ligado a hacer una lista de compra.
  • Evitar salir con tarjetas al momento de hacer compras, especialmente si son de crédito. Lo ideal en estas situaciones es llevar dinero en efectivo. Esto evitará caer en tentaciones momentáneas.
  • Llevar una contabilidad o un registro de lo que se gasta e incluso en el lugar donde se gasta. Así será posible visualizar la realidad de la situación y hacerle frente. De esta manera, es más sencillo reducir gastos en áreas innecesarias.
  • Toma consciencia de cuánto cuesta lo que quieres y cuánto deberías trabajar para poder obtenerlo. Eso permitirá tomar consciencia sobre el valor real de las cosas y, por ende, tomar mejores decisiones.
  • Si se realiza una compra compulsiva de algo que no se necesita, se recomienda analizar su devolución siempre que se pueda, y sin demoras.

Busca ayuda

Sin embargo, sobre todos los consejos que puedan existir, si sabes o sientes que tienes compulsión por comprar, o que se ha convertido en una adicción no dudes en buscar ayuda, ya sea de amigos, familias o profesional.

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