El autismo cuenta con una elevada tasa a nivel mundial. Se estima que la incidencia del autismo infantil es de aproximadamente unos 60 casos por cada 10.000 niños.
Es un trastorno que genera un gran impacto en la vida de los niños, sus familiares y en la sociedad en general.
Aunque se habla sobre el autismo desde hace más de 100 años, sigue teniendo áreas de desconocimiento científico. Lo que sí es seguro es que posee un origen neurológico.
¿Qué es el autismo?
La Real Academia Española (RAE) define al autismo como un trastorno del desarrollo que afecta a la comunicación y a la interacción social, caracterizado por patrones de comportamientos repetitivos y estereotipados.
También puede definirse como un trastorno psicológico que se caracteriza por una intensa concentración del individuo en sí mismo, en su intensa capacidad de internalización, y la progresiva pérdida de contacto con el exterior.
No obstante, el término correcto es el de Trastorno del espectro Autista (TEA) donde se abarcan muchas otras alteraciones que se caracterizan por afectar la forma de socializar, planificar, por generar conductas repetitivas o inusuales y a su vez afectar la reciprocidad emocional.
El término TEA fue empleado por primera vez por Lorna Wing, quien en 1988 expuso que las personas situadas en el espectro son aquellas que presentan:
- Trastorno en las capacidades de reconocimiento social.
- Trastorno en las capacidades de comunicación social.
- Patrones repetitivos de actividad, tendencia a la rutina y dificultades en imaginación social.
En este mismo sentido, dentro del espectro autista se encuentran alteraciones como el Síndrome de Asperger y el Trastorno Generalizado del Desarrollo.
Causas del TEA
Aunque se desconoce las causas concretas, se considera que una de sus causas puede partir de una afección o componente genético.
Por otra parte, se han identificado que los factores ambientales y biológicos, en conjunto con el genético, forman parte importante en el desarrollo del TEA
Concretando, algunas de las causas posibles de desarrollo de TEA son:
- Afecciones genéticas o cromosómicas.
- Hereditario, tener hermanos o familiares con TEA
- Esclerosis tuberosa.
- Complicaciones durante la gestación y el nacimiento.
- Consumo de sustancias, drogas o alcohol durante la gestación.
- Nacimiento prematuro.
- Infecciones virales con pirexia extrema.
- Exposición a piretroides, pesticidas.
- Consumo de antidepresivos
¿Qué síntomas podemos observar en niños con autismo infantil?
Los TEA o autismo infantil se inician antes de los primeros 3 años de edad y por lo general duran toda la vida, sin embargo, los signos y los síntomas pueden ser tratados y pueden mejorar a lo largo del tiempo.
El inicio de la aparición de los síntomas es completamente variado para cada niño, pues existen datos que demuestran que en niños con edades menores a 12 meses aparecen sus primeros síntomas y existen otros cuyos síntomas pueden iniciar a los 24 meses de edad o incluso después. Motivo por el cual, se estima que las edades de aparición de los primeros síntomas se encuentran entre los primeros meses de vida y los 3 años.
Las estadísticas expresan que los niños varones tienen mayor incidencia o predisposición a padecer un TEA en comparación con las niñas y que las habilidades de ellos pueden ser altas o bajas dependiendo de sus capacidades aprendidas. Estas capacidades aprendidas van a depender de su nivel de coeficiente intelectual y de sus capacidades de comunicación verbal.
De forma concreta, los síntomas que podemos observar en niños con TEA son los siguientes:
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- En niños lactantes, es común visualizar balbuceos monótonos del sonido, así como también un balbuceo tardío.
- El niño lactante presenta una falta de contacto con su entorno.
- Durante las primeras interacciones se puede apreciar que no sigue a la madre en sus intentos de comunicación.
- Un niño autista tiende a tener una mirada que no mira, pero que traspasa, es algo más como una mirada perdida.
- Tienden a entretenerse con objetos incluso aunque no sepan para qué o cómo funcionan.
- Durante la etapa pre-escolar, un niño autista puede parecer extraño porque limita su interacción y no establece contacto con los demás.
- No juegan o socializan con los demás niños.
- Ausencia de la capacidad imaginativa, como jugar a ser adulto
- Algunas veces, pueden tener comportamientos o actitudes agresivas tanto para los demás como para sí mismos.
- Tienden a realizar actividades cíclicas o repetitivas como, por ejemplo, dar vueltas.
- Pueden imitar o repetir los anuncios de la televisión, y desarrollar patrones o rituales en situaciones específicas.
- Pueden ser niños o adolescentes que padecen de episodios epilépticos
Síntomas generales del TEA
Como se ha detallado con anterioridad, los niños y personas en general tienen problemas de comunicación e interacción social y conductas o intereses diferentes y restrictivos.
Se ha evidenciado que las personas con TEA establecen criterios y maneras propias de realizar diversas actividades.
Existen otros síntomas y signos entre los que se detallan:
- Falta de reconocimiento de la existencia o los sentimientos de otras personas.
- Ausencia en la capacidad de imitar.
- Ausencia de vías de comunicación adecuadas.
- Movimientos corporales estereotipados.
- Aflicción intensa cuando ocurren cambios incluso insignificantes en el entorno.
- Gran dificultad para adaptarse a equivocaciones. Las equivocaciones para ellos suelen ser algo traumático, por lo que se suelen esforzar el doble que cualquier otra persona para obtener el resultado deseado.
- Limitación en cuanto a las cosas que les son de interés, con concentración específica a ello.
- Dificultad para emitir un lenguaje de afectación.
- Literalidad en el lenguaje
- Ausencia de la búsqueda de consuelo, o apoyo en momentos de aflicción.
- Actitudes de seguir patrones específicos para cualquier actividad.
- Actitudes o episodios de agresividad.
- Depresión e hiperactividad.
Diagnostico del autismo infantil
Para el diagnóstico del TEA no existe una prueba o análisis sanguíneo que permita determinar dicho trastorno.
El diagnóstico se basa principalmente en analizar el desarrollo del niño desde que nace, los primeros 12-24 y 48 meses de vida, que es donde comienzan a evidenciarse los primeros indicios de autismo. Este diagnóstico debe ser siempre emitido por un profesional.
Estudios realizados consideran que puede diagnosticarse TEA a partir de los 18 meses de edad, sin embargo, muchos niños son diagnosticados cuando ya cuentan con más edad.
Muchas personas llegan a ser diagnosticadas correctamente ya en la adolescencia y muchas veces también en la adultez, lo cual representa un inconveniente puesto que de esta manera no pueden recibir la ayuda temprana necesaria.
Importancia de detectarlo a temprana edad
Así como cualquier enfermedad diagnosticada de forma temprana tiene la posibilidad de ser tratada a tiempo y se obtienen mejores resultados, el autismo infantil no es la excepción, por el contrario.
Cuando se establecen tratamientos tempranos, se garantiza en mayor medida que el niño pueda tener una mejor calidad de vida durante su infancia, además de ello, se crea un camino para mejorar la adolescencia.
Así mismo, este tratamiento temprano permitiría formar un individuo con una mejor capacidad de desenvolvimiento tanto en el ámbito escolar, social y laboral.
Aunado a eso, el diagnóstico temprano del TEA permite que los padres, familiares, amigos y educadores puedan tener conocimiento de la realidad del individuo autista. Por tanto, la calidad de vida mejora en gran medida no solo para el niño y el adolescente sino también para los padres y las personas cercanas.
Así pues, aunque no existe un tratamiento para prevenir o curar específicamente los TEA, un tratamiento intensivo y temprano puede hacer una clara diferencia en la vida de muchos niños que en un tiempo se convertirán en adultos.