Los fármacos antipsicóticos y la hormona prolactina
El tratamiento con fármacos antipsicóticos en el trastorno mental grave, esquizofrenia o trastorno bipolar, puede acompañarse en ocasiones de la aparición de ciertos efectos secundarios, que no por poco frecuentes, deben de obviarse en la práctica clínica diaria a la hora de prescribir este tipo de fármacos.
Uno de ellos consiste en los cambios que se producen en los niveles séricos de Prolactina (PRL), pudiendo ocasionar cambios clínicamente relevantes como puede ser disfunciones en la esfera sexual, cambios en el metabolismo óseo o procesos neoplásicos sensibles a la PRL.
La PRL es una hormona secretada a nivel cerebral en las células lactotrofas de la hipófisis anterior. El estrés, la comida o la actividad sexual pueden producir alteraciones leves y transitorias. Durante el embarazo de la mujer y la lactancia puede llegar a aumentar sus niveles hasta 20 veces, a fin de conseguir agrandar las mamas y producir la leche durante la lactancia. La dopamina actúa como su principal inhibidor en el ser humano.Los antipsicóticos tienen capacidad para poder bloquear los receptores dopaminérgicos a nivel de la región mesolímbica y mesocortical, produciendo así los efectos antipsicóticos buscados y a su vez dando en ocasiones efectos adversos que tanto el profesional como el paciente deben conocer. Debido al bloqueo de las células lactotrofas se produciría una hiperprolactinemia al eliminar la principal influencia inhibitoria de la secreción de PRL.
Los antipsicóticos clásicos (por ejemplo Haloperidol) producen una elevación importante de los niveles en comparación con los antipsicóticos atípicos (risperidona, amisulpride), aunque existen dentro de este último grupo algunos que tienen un efecto mas ligero o menor (Olanzapina, Quetiapina, Aripripazol).
La Hiperprolactinemia hasta hace pocos años era un efecto secundario que apenas era considerado por los especialistas en Salud Mental, considerándose como un efecto secundario inevitable e inherente al uso de antipsicóticos, y por ello era motivo de poco interés y evaluación por parte de los clínicos.
Las alteraciones clínica mas frecuentes observadas en la práctica clínica en pacientes que mantienen tratamiento con antipsicóticos y presentan niveles elevados de PRL son la aparición de ginecomastia, galactorrea, alteraciones menstruales (oligo/amenorrea), disfunción sexual (disminución de la líbido, alteraciones en la excitación y orgasmo), acné e hirsutismo.
Es importante que el psiquiatra tenga especial cuidado e interés en el manejo clínico de la Hiperprolactinemia inducida por el empleo de fármacos antipsicóticos, valorando la posibilidad de cambiar de fármaco con un perfil de efectos secundarios bajos sobre la PRL siempre teniendo en cuenta el equilibrio entre el perfil del paciente y las necesidades que tenga según la sintomatología presentada, la efectividad y la tolerabilidad.
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Tanto en psiquiatría como en cualquier otra especialidad médica, la presencia de efectos secundarios en los tratamientos propuestos es un foco de disminución de la adherencia terapéutica, presencia de desconfianza en la alianza terapéutica y de abandono unilateral del tratamiento lo que puede desencadenar una recaída sintomática y reactivación de la enfermedad que se quiere combatir.
Dr. Miguel Ángel Harto. Psiquiatra de IVANE SALUD.
Jose Maria Marco. Psicólogo de IVANE SALUD.
Unidad de Salud Mental y Psiquiatría Hospitalaria en Hospital Vithas Valencia al Mar.
Clínica de Desintoxicación y Patología Dual en Hospital Vithas Aguas Vivas.