¿Son los antidepresivos inhibidores selectivos de serotonina (ISRS) efectivos? Eficacia y tolerabilidad
Los antidepresivos ISRS (Inhibidores selectivos de la recaptación de sorotonina), vienen empleándose para tratar tanto la depresión moderada-grave como otros trastornos como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) u otros relacionados con la ansiedad, desde hace casi 40 años.
Los antidepresivos ISRS se introducen como arsenal psicofarmacológico a mitad de los años 80 siendo un revulsivo por aquel entonces el prozac (fluoxetina), a la que apodan como “la pastilla de la felicidad”. Parece perderse el miedo a los antidepresivos y empiezan a prescribirse en masa no tanto como por la existencia de un aumento de la depresión sino más por una mejora de la tolerabilidad y su aparente buena eficacia.
A lo largo de los años han aparecido algunos estudios que valoraban la eficacia de los antidepresivos en general y de los antidepresivos ISRS en particular, arrojando resultados variados, contradictorios en ocasiones, sesgados algunos, sin embargo se podía extraer a nivel global que en la mayoría de casos en los que la depresión es moderada-grave, mejora de forma significativa parcial o completamente en comparación con placebo.
Es importante destacar que todos los antidepresivos no son igual de eficaces ni se toleran igual. Se ha visto que los antidepresivos ISRS se toleran en general mejor que los tricíclicos o los IMAOS (antidepresivos más antiguos). Algunos de estos fármacos a nivel de efectos antidepresivos son más potentes, aunque no significativamente, sin embargo se considera que dada la mejor tolerabilidad, la adherencia mejora y por tanto la efectividad global y probabilidad de mejorar los síntomas de depresión son mayores.
¿Cuáles son los efectos secundarios que nos podemos encontrar y cómo manejarlos?
Es necesario entender primeramente cómo actúan los antidepresivos ISRS. Estos actúan de varias formas aunque en su mayor parte el efecto principal es bloqueando los recaptadores de serotonina a nivel presináptico aumentado las concentraciones y aumentando el efecto. Pueden actuar sobra varios receptores serotoninérgicos y en ocasiones tienen influencia sobre otros neurotransmisores como la dopamina o la noradrenalina. Los efectos secundarios suelen ser compartidos aunque también varían.
Podemos encontrar varios tipos de reacciones adversas:
- Tipo A: aquellas que son originadas por exageración del efecto de un fármaco. Son predecibles o al menos esperables. La intensidad se relaciona con la dosis administrada y su tratamiento requiere ajuste de dosis.
- Tipo B: tienen una posible base farmacogenética. Dentro de esta se incluyen las reacciones de hipersensibilidad y de idiosincrasia. No son predecibles a priori y no hay relación entre la dosis y la intensidad de la respuesta.
- Tipo C: son los efectos indeseados asociados a tratamientos prolongados.
- Tipo D: son las retardadas, es decir aquellas que aparecen meses o años después de retirado el fármaco.
Los antidepresivos ISRS que podemos encontrar son: Fluoxetina, Citalopram, Escitalopram, Sertralina, Paroxetina y Fluvoxamina.
En general, tienen pocos efectos anticolinérgicos y menor problema cardiovascular. Suelen relacionarse los efectos secundarios a nivel gastrointestinal, sexual, nerviosismo o alteraciones del sueño.
Se ha visto que de los antidepresivos ISRS, la fluvoxamina se ha relacionado con un peor perfil de tolerabilidad, el resto son similares aunque pueden darse diferencias significativas entre una persona y otra.
A veces si no se tolera uno se puede cambiar por otro similar ya que el efecto sobre el bloqueo y otros receptores es distinto, así como la metabolización.
Los efectos secundarios más frecuentes suelen ser: Náuseas, vómitos, diarrea. Dolor de cabeza. Sopor. Sequedad de boca. Insomnio. Nerviosismo. Mareos. Problemas sexuales. Alteraciones del apetito.
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Efectos secundarios a la hora de prescribir un fármaco
Existen unas reglas básicas respecto a los efectos secundarios que pueden aplicarse en general a la hora de prescribir un fármaco:
– Prever los probables efectos secundarios y explicarlos al paciente.
– Tener en consideración las quejas de efectos adversos que el paciente refiere.
– Mantener una dosis dada el tiempo suficiente hasta lograr una buena tolerabilidad.
– Es preferible ayudar a tolerar los efectos secundarios tratándolos concienzudamente o cambiar de fármaco, antes de mantener dosis subterapéuticas que exponen al paciente a efectos adversos sin efectos terapéuticos.
– Tras la obtención de una respuesta terapéutica estable y cuando la situación clínica lo permita, determinar la dosis mínima eficaz.
La eficacia de los antidepresivos ISRS viene muy marcada por la tolerabilidad y por la consecuente adherencia terapéutica, en esta parte se recomienda controlar la aparición de efectos adversos ya que es un determinante para evitar abandonos o mal cumplimiento y por tanto el éxito o no en la terapia.
Dr. Fernando Andrés España. Psiquiatra de IVANE SALUD.
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